Luis Gerardo Martínez García
Sin mayor respeto por el Maestro ido, algunos (quizás muchos) se pelean por la Rectoría de la Universidad Popular Autónoma de Veracruz. Hace apenas unos años, cuando Guillermo Zúñiga Martínez era director del IVEA, creó la Licenciatura de Educación para los Adultos, con la idea de formar a nivel superior a los capacitadores de ese Instituto. Nombró a Ranulfo Lara Pérez como coordinador de la licenciatura; con el entusiasmo y experiencia de ambos, el proyecto empezó a crecer. Ranulfo me invitó a ser el primer secretario académico, a lo que acepté con ímpetu. Éramos apenas cinco los fundadores. Todos los días nos reuníamos, planeábamos, diseñábamos e implementábamos a favor del proyecto. Ranulfo se reunía con Guillermo y nos daba indicaciones. Con salarios muy bajos trabajamos intensamente. No teníamos horarios fijos ni vacaciones. Qué importaba eso, lo que valía era el esfuerzo por hacer algo por la educación superior. Muchos son testigos de ello. Creamos en ese entonces un colegio que denominamos el Coeepa.
En pocos meses se tenían 32 centros regionales en todo el estado de Veracruz; en menos de dos años se habían diseñado e implementado cinco licenciaturas. Trabajábamos incansablemente día y noche. En ese corto tiempo recorrimos en cuatro ocasiones de norte a sur y de este a oeste la entidad. En una vieja camioneta andábamos Ranulfo Lara, Rafael Martínez y yo; ocasionalmente nos acompañaba Jorge Sarquiz Zúñiga. Después de ese tiempo renuncié; Ranulfo conoce perfectamente las razones académicas y profesionales por lo que lo hice. Él también lo hizo posteriormente.
Recuerdo que unos ocho meses después a mi renuncia, los números eran estratosféricos: 114 licenciaturas, 89 maestrías, 47 doctorados y miles de preparatorias; algo pasó que no sabría yo explicar. Yo estaba fuera de la institución. Ya Zúñiga Martínez no estaba en el IVEA y había sido colocado al frente del Coeepa que tuvo infinidad de nombres hasta que quedó como UPAV, dándole el visto bueno el actual gobernador de Veracruz mediante decreto de creación, muy al estilo del Maestro.
Fue en ese tiempo que Guillermo Zúñiga Martínez, generoso siempre con su equipo de colaboradores los llevó a trabajar con él nuevamente. Los nombres ustedes ya los conocen. Para quienes no los saben, en Google aparecen. Pues ahora muchos de ellos, más los que se adhirieron con el transcurso del tiempo, se pelean la silla del Maestro. Por estatus, por poder, por dinero o por razones distintas a las educativas se están dando con todo. La riña es tal que hasta desplegados están pagando algunos con tal de llamar la atención. Por simple respeto al hombre generoso que fue con ellos, debían abstenerse o renunciar. Ese vacío político y social que dejó Guillermo ninguno de ellos cubrirá, ni por asomo.
Ante todo lo que como rumor se dice de la UPAV, Flavino Ríos Alvarado, en su calidad de secretario de Educación de Veracruz tiene la responsabilidad de tomar la rectoría (no la silla) de la educación que ofrece esta Universidad. Son cientos de maestros y miles de estudiantes que esperan que la UPAV mejore el rumbo. Veremos con atención qué pasa en estos días; por lo pronto ésta sigue en disputa.
Comentarios: [email protected]
Luis Gerardo Martínez García
Xalapa, Veracruz, México.