Salvador Muñoz
Con una elección en Veracruz donde sólo han de jugarse las curules federales, es posible que la afluencia de sufragantes no sea copiosa. Al menos, eso es lo que se piensa siempre cuando hay elecciones intermedias. Y otra cosa que siempre se piensa cuando el abstencionismo se hace presente en unos comicios, es que el beneficiado con ello es un partido: El PRI.
Como sea, en el escenario político, cada quien, como la lecherita, hace sus cuentas alegres de cuántos distritos han de ganar los partidos y entre los priístas, hay quienes motivados por el pesimismo o los potenciales candidatos, auguran que unos 12 distritos son los que han de perder… ¡exacto! Apuestan a nueve triunfos y el resto dividido entre el PAN y quizás el PRD.
Sin embargo, entre los optimistas, y quienes piensan que la elección es una oportunidad más para mostrar músculo a nivel altiplano, se apuesta a 17 distritos por ganar.
II
El asunto se torna más interesante cuando se sabe cuáles son los distritos a los que se apuesta a perder: Tantoyuca, Córdoba, Boca del Río y Xalapa.
En el primer caso, como de todos es sabido, el distrito norteño es acaparado por el grupo de Joaquín Rosendo Guzmán Avilés, por lo que vaticinan la derrota total de Maricarmen Pinete, quien hasta el momento se perfila como candidata por Tantoyuca.
Le sigue Córdoba. Sí, de seguro usted ha de pensar que es la tierra del gobernador, que cómo puede ser posible que la pierda. La lógica es simple: perder una batalla pero no la guerra. Si 17 distritos te garantizan un excelente número de diputados en San Lázaro, bien vale la pena el tropiezo.
En el caso de Boca del Río, ocurre algo similar con el de los 30 Caballeros: un candidato débil y un ayuntamiento fuerte. ¿Medellín puede ser factor en contra del PAN? Las urnas han de responder a ello el día de las elecciones.
Y Xalapa: Aquí la gran duda es, ¿cuál distrito? ¿El rural o el urbano? ¿el de Mota o el de Elizabeth?
En el caso de Mota se ha desatado una campaña aprovechando la poca atención, dicen, que dio a la gente cuando lo buscó en la SEV y que se espera que la población le devuelva la moneda del mismo modo: no recibiéndolo en la casa cuando ande en campaña. Vamos, mil veces recibir a un testigo de Jehová antes que a Mota.
En el caso de Elizabeth, la campaña que tiene en contra es más en redes sociales. La gente aún la recuerda cual si fuera Rockstar. Sin embargo, en este momento es más cuestionada por la supuesta intromisión que tuvo en El Dique, donde hubo una explosión, y por decir que iba de parte del Gobernador, siendo acusada por medrar con el dolor. Hasta el momento son decires en notas periodísticas.
III
En el caso del PAN, el optimismo es balanceado: ¡Van por once o doce distritos!
Lo interesante de este panorama blanquiazul es que entre estos once o doce distritos hay dos que sería necesario mencionar: Xalapa rural y Xalapa urbano.
Si ya de por sí el PRI anda cojo después de que Uriel Flores Aguayo les arrebatara uno de los distritos, ya sería un duro golpe para el Gobierno en el poder que su capital estuviera en las curules de los panistas. Digo, se puede soportar perder Córdoba y hasta Boca del Río, pero Xalapa ¡está cabrón!
Y usted, ¿a qué le apuesta? ¿A que se lleva 17 el PRI? ¿A que se lleva 12 el PAN? ¿A que se pierde Xalapa?