Gilberto Haaz Diez
*Del Papa Francesco: “La solidaridad y la fraternidad son elementos que hacen nuestra civilización verdaderamente humana”. Camelot.
La Cumbre en Veracruz le dejó un buen sabor de boca al gobierno, al pueblo, poco, porque algunos se quejaron de que no podían ni pasar a sus casas, por la seguridad, bloqueo y protección a los jefes de Estado y a un Rey, pero en México el horno no está para bollos, y más vale que les cuidemos. Quedan los ecos de lo que pasó. En la tele de Milenio, Jorge Castañeda Guttman, que fue uno de los dos Cancilleres de Vicente Fox, cuando el relajo nos gobernó y nosotros le seguíamos la corriente, como a la María Cristina, Jorge decía que esa Cumbre dejaba mucho que desear. Que las groserías del cubano y el venezolano, y la ausencia de las mujeres que gobiernan Brasil y Argentina, dejan muy mal parada a esa cumbre que, además, tiene un Rey, que no es de chocolate ni con nariz de cacahuate. Una Monarquía real. Y expuso un caso. Hace nada llegó a México la esposa del disidente venezolano encarcelado, Leopoldo López, la señora Lilian Tintori, ella no fue recibida por ningún funcionario del gobierno mexicano, para no enfurecer al babas aprendiz de dictador, Nicolás Maduro, el que habla con los pajaritos. Estuvo en sitios de radio y en noticieros prestigiados, pero ningún funcionario de Peña la recibió. Olvidando la máxima mexicana de que, en este país, a los disidentes se les atiende y a veces se les da cobijo. José Antonio Meade, secretario de Relaciones Exteriores, tuvo un tache internacional. ¿Pues qué creen?, así lo agradeció Maduro pensando que la grosería se la hacía a España y a su Rey y a Mariano Rajoy, cuando la grosería se la hizo a Peña Nieto y a México, y a Veracruz, sede de esa Cumbre. Atrás quedaron los días en que un presidente pantalonudo, López Mateos, se burlaba de las amenazas del guatemalteco Ydigoras.
A mí esos dictadorcitos, decía todo enojado, me hacen los mandados. Bueno, era con otro lenguaje. O Ruiz Cortines contra Duvalier, en una Cumbre Panameña.
LOS DICTADORCILLOS
Castañeda asegura que los dictadores de izquierda se encuerdan, y solo ellos se entienden. Deciden con quién se pelean y deciden a qué hora, qué ring y qué guantes. Cuba y Venezuela son insoportables por sus dictadores. Porque no tienen elecciones libres y porque sojuzgan a sus pueblos. Venezuela vive ahora una crisis sin precedente, cuando en otro tiempo, por su petróleo, como el nuestro, vivían en abundancia. Y Castro, qué se puede decir de ese remedo de dictador, que tomó la estafeta del avejentado hermano y siguen empobreciendo a ese pueblo amado por los veracruzanos. Una prueba de ello fue cuando desfiló la comitiva en los Juegos Centroamericanos y del Caribe. La Cumbre Iberoamericana, remató el excanciller, “es una perdedera de tiempo”. Que no sirven para nada, más que para las fotos y los paseos.
Las ausencias de Dilma Rousseff y Cristina Fernández y los dos dictadorcillos, lo corroboran. Por eso ahora la harán cada dos años, y algunos sugerían que como el Mundial, o las Olimpiadas, cada cuatro años.
LA VEZ QUE CASTRO LLORÓ
La Cumbre fue inventada en 1991, la primera fue en Guadalajara, se le llamó la Cumbre del Rey Juan Carlos (ahora abdicado y en la jubilación Real y tirando sus amoríos lejos de los palacios, sin salir en el Hola), para que el Rey viera a aquellos que sus antepasados conquistaron, así celebrarían los 500 años, el Quinto Centenario de los españoles. Siempre la diplomacia permeó. Cierta vez, en 1981, en una llamada Cumbre Norte-Sur, cuando José López Portillo defendía el peso como un perro, en Cancún llegaba el poderoso Ronald Reagan, vaquero como Fox pero inteligente. Reagan le pidió al presidente mexicano, vía la cancillería, que no asistiera Fidel Castro, y que si el barbón asistía él no iba. Sin Reagan, la Cumbre era como una feria de pueblo. Jolopo tomó el avión presidencial, el llamado Presidente Juárez, y voló a la Isla. En La Habana, un entristecido Fidel imploraba lloroncito y le pedía que no lo desinvitara. López Portillo le dijo la realidad, la Cumbre Norte-Sur, sin el presidente de Estados Unidos, no sirve para nada, como el Orfis. Así se manejaba la diplomacia, alguna vez también se le dijo: ‘Comes y te vas’, pero esa es otra historia. El venezolano y el cubano ni siquiera se tomaron la molestia de avisar que no llegaban. Todavía la Cancillería los esperaba el mismo día. Tiene razón el presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy, cuando habla de que en esos dos países la Democracia solo es un discurso.
AYOTZINAPA
El espíritu de Ayotzinapa, como fantasma de Comala, gravitó en esa Cumbre. Hizo un ensayo Juayderito, en su visto noticiero nocturno. Preguntó a cada uno de ellos cómo nos veían. ¿Qué creen? Todos nos ven del carajo. Con diplomacia, pero mal. La mejor respuesta fue la del presidente de Ecuador, Rafael Correa Delgado. Gobierna desde 2006 y su pueblo vota por él cada que hay elecciones, economista, con una maestría en Bélgica y un doctorado en Estados Unidos. Habló bien de México y su sufrimiento. Conoce de Ayotzinapa y de lo qué pasó y las 43 desapariciones. Y fue a la historia de Mesoamérica. Dijo que no era posible que de toda esta región, cuando comenzamos a tener identidad de pueblos, la zona más rica era la del sureste, la nuestra y de ellos, y que solo uno aprovechó esos recursos, Estados Unidos, al convertirse en potencia económica. Fue muy rápido por la respuesta, que él mismo dio, fue la mala elección de dirigentes, presidentes entre ellos, que magnificaron la corrupción y la impunidad y por eso estamos así, viendo y sumando cada día más pobres, luchando por no perecer y, encima, la delincuencia actuando como hienas, unos chacales a los que no habría que tener compasión. Ecuador, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), va a ser el país que tendrá crecimiento cerca del cuatro por ciento, en 2015, cuando todos los demás apenas si arañarán el dos por ciento, si bien les va.
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