Gilberto Haaz Diez
*El mal es el rostro detrás de mil mascaras. Camelot.
El profesor universitario retó a sus estudiantes con esta pregunta:
“¿Creó Dios todo lo que existe?”.
Uno de los estudiantes, valientemente respondió:
“Sí, por supuesto”.
“¿Dios creó todo cuanto existe?”, preguntó el profesor.
“Sí señor” contestó el estudiante.
El profesor: “Si Dios creó todo lo que existe, entonces Dios creó la Maldad, y de acuerdo al asunto que nos concierne, y en relación a quienes somos, entonces Dios es Maldad”.
Los estudiantes se quedaron callados ante tal respuesta. El profesor, muy feliz consigo mismo, en una actitud arrogante, presumió a sus estudiantes que una vez más había probado que la Fe cristiana era un mito. Uno de los estudiantes levantó su mano y dijo: “Profesor ¿puedo hacerle una pregunta?”.
“Por supuesto”, contestó el profesor.
El estudiante se puso de pie: “Profesor…. ¿existe el frío?”.
“¿Qué clase de pregunta es esa? Por supuesto que existe. ¿Alguna vez has tenido frío?”. Se escucharon risas en tono de burla de los demás.
El joven estudiante: “En realidad señor, el frío no existe, de acuerdo con las leyes de la física lo que consideramos frío es en realidad ausencia de calor. Todo cuerpo u objeto es susceptible de estudio cuando tiene o transmite energía, el calor es lo que hace que un cuerpo o cosa tenga o transmita energía. El cero absoluto (0° C) es la total ausencia de calor; todo queda inerte e incapaz de reaccionar a esa temperatura. El frío no existe. Hemos creado esa palabra para describir cómo nos sentimos si no tenemos calor”.
Finalmente, el joven preguntó al profesor: “Señor, ¿existe la maldad?”.
Ahora, dudosamente el profesor respondió “Por supuesto, como ya lo he dicho anteriormente, lo vemos todos los días, es un diario ejemplo la inhumanidad del hombre para con sus semejantes. Está en la multitud de crímenes y violencia en todas partes del mundo. Esas manifestaciones no son otra cosa más que maldad”.
Ante esto, el estudiante le responde: “La maldad no existe señor, o al menos no existe como sí misma. La maldad es simplemente la ausencia de Dios. Es como la oscuridad y la luz, la maldad es una palabra que el hombre ha creado para describir la ausencia de Dios. Dios no creó la maldad. La maldad no es como la Fe, o el amor que existen al igual que la luz y el calor. La maldad es el resultado de lo que pasa cuando el hombre no tiene presente el amor de Dios en su corazón. Es como el frío que surge cuando no hay calor o la oscuridad cuando no hay luz”.
El profesor tomó asiento.
El nombre del estudiante: Albert Einstein. (Camelot)
EL PROCURADOR QUE PROCURA
En esta zona de las altas montañas, vientos del mal se habían enseñoreado y esos vientos olían a maldad y laceraban el rostro, quemaban como los del monzón. Por doquier oíamos de secuestros y de gente levantada, aún hay desaparecidos. No suelo tocar estos temas porque son policiacos y a mí lo policiaco me aturde y ataranta. Pero el mismo domingo, para que se vea que sí se trabaja los domingos, en la tierra del gobernador Duarte, Córdoba, el procurador que procura, Luis Ángel Bravo Contreras, al puro estilo de Jesús Murillo Karam, pero sin estar cansado, convocó a una exposición y en una rueda de prensa con fotografías contundentes anunció la captura de un jefe de una banda que, aparte de las maldades, había secuestrado a un hermano de un exalcalde y lo había matado. Ahora las cosas son peores, porque estos delincuentes cobran las recompensas y no contentos terminan por liquidar a sus secuestrados. Solo pasa en este país de Estado Fallido, como dice el presidente Mujica de Uruguay, que también es pueblo. Luis Ángel dio una buena nueva con la desarticulación de esa banda. Sé que en la presidencia de la República, en el área de seguridad nacional y antisecuestros, voltearon a ver a Veracruz y aplaudieron la acción, porque ya basta que gente civil inocente sea muerta y desaparecida y catalogada como daños colaterales. Hace no mucho, también la PGJ y Policía Federal, Marina Armada de México y el Glorioso Ejército Mexicano, habían desarticulado un campamento en Acultzingo, donde la delincuencia organizada formaba su modus vivendi y operandi, donde se incubó el huevo de la serpiente, donde levantaban, extorsionaban y mataban. Bien, por el Procurador Luis Ángel. Los delitos, cuando se cometen deben ser castigados, porque delito que no se castiga se repite. Aprehenderlos y castigarlos, aplicarles los 70 años que permite la legislación mexicana, y que los jueces hagan su papel en esa cadena legal, no liberando a ninguno.
MEXICO: LAS RUINAS DEL FUTURO
El domingo —día de ir a misa, según el Padre Marcos—, es un buen día para leer. O un libro o los diarios. Un desplegado a toda plana en un diario local, resultó ser un duro Manifiesto del Instituto de Estudios Para La Transición Democrática. Le llamaron: “México: Las ruinas del futuro”. Explica lo que nos ha pasado y lo que hemos sido. Cuando la violencia irrumpió en San Fernando, Tamaulipas, hasta Ayotzinapa, Guerrero. Y los feminicidios en Ciudad Juárez y el incendio en el Casino Royal de Monterrey. La dominación por los criminales en Michoacán y otros Estados fallidos. Los episodios criminales en México han exhibido el fracaso del Estado y los gobiernos, todos: federales, estatales y municipales. Interesante leerlo. Es muy largo el texto, pero piden, entre otras cosas, “que quizá haya llegado la hora de replantear el mapa municipal de México: su fusión, ampliación, fortalecimiento, régimen de facultades, responsabilidad y derechos”. No olvidemos que fue en las policías municipales, y en los endebles y disminuidos y algunos infames y corruptos alcaldes de pueblo, donde comenzó nuestro Viacrucis, donde contagiaron, compraron o amenazaron a los alcaldes y a sus policías y rindieron los ayuntamientos, para ponerlos al servicio de la delincuencia. Dejamos de Mover a México. Pasamos del Mexican Moment, que tanto aplaudían en el extranjero, al Mexican Horror, que mucho nos atemoriza. Aún es tiempo de recomponer el camino. Urge un verdadero Pacto, como el de La Moncloa de España. Donde actores políticos, empresarios y obreros y sociedad se sentaron a esa firma. El primer punto fue castigar con firmeza la corrupción, la política y la empresarial, con cero impunidad. Firmaron acuerdos en lo económico, lo jurídico y lo político, y marcharon bien unos años. Por allí debemos empezar.
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