Gilberto Haaz Diez
*Manta portada por chicanos afuera de la Casa Blanca de Washington: “Our Families Thank You President Obama”. Camelot.
Mañana de viernes 21. Salgo de Misa concelebrada por los padres Marco Palacios y Helkin Enríquez Báez, Vocero de la Diócesis y Rector del Calvario, en la orizabeña iglesia de la Concordia. Misa de Cuerpo Presente (Corpore Insepulto) en Memoria de Carlos Canales Freeman, quien falleció el 20 de noviembre, después de luchar por su vida en el sanatorio Covadonga. Al momento de su deceso, informé vía Blackberry al gobernador Javier Duarte de Ochoa. Se mostró dolido. Escribió que “Carlos había sido un gran amigo y aliado de su gobierno”, y lamentaba mucho su fallecimiento. Había Javier apoyado la noche anterior con un aparato que se necesitaba para su intervención quirúrgica. Pendiente estuvo de la salud de Carlos. Perdió la lucha por su vida. Muerte intempestiva. Al otro día, el gobernador llegó a la Funeraria Vélez a dar el pésame a Maritza, su viuda, y a sus hijas Carla y Maritza, y hermanos. Que descanse en paz.
A LOS JCC EN VERACRUZ
Llego a Veracruz. Transito la siempre muy deteriorada y jodida autopista de Capufe. En tramos parece camino rural. Cobran como Suiza y dan servicios de Biafra. En Veracruz se respira la inversión y los vientos deportivos soplan sobre sus estadios, sus calles y avenidas. Topo con La Boticaria, veo su extraordinario puente, le tomo una foto y lo subo al Facebook, con el reconocimiento al gobierno de Duarte. Cuentan los que saben de estas cosas, que una mañana el Preciso llamó al Sacristán Gerardo Buganza Salmerón. Le dijo, tajante: “Si no terminas el distribuidor vial para los JCC, te recluyo en un convento a rezar por lo que te queda de vida”. El Buga salió a velocidad de Fórmula Uno, jaló su escapulario y rezó en el camino tres Padres Nuestros, y acabó por fin ese puente que dormía el sueño de los justos. Parece tramo texano. El Buga entregó buenas cuentas a la patria, ahora quiere en recompensa el asiento del Chiliswillis, que ya se va. Aterrizo en mi todoterreno en Plaza Américas. Cruzo el Puente de la Amistad, en Boca del Río, tierra de Chikiyunes, voy a la nueva plaza, Andamar. Perrona, hago turismo chilango, me tomo una foto arriba de ese puente, el mar sirve de fondo, hay una brisa jarocha que refresca el coco y la conciencia. Entro, el hall gigante parece de hotel gringo, llegan los automóviles y descienden los compradores. Tiene un gran estacionamiento subterráneo. Veo a lo lejos a un picudo político (los políticos son muy fácil de identificar, traen dos guaruras y tres auxiliares, y caminan como cuando Julio César llegaba de batalla, airoso: ‘Ave, Caesar, morituri te salutant’), ese picudo, cuyo nombre pronto les digo, merodeaba en las tiendas caras, en Cuadra, de familia leonesa desde 1991, donde un par de zapatos de piel, los más baratos, cuestan tres mil pesos, que con eso comería un mes, diría Perro Uribe.
ANDAMAR
Es una plaza de primera, pegada al mar, elevadores y tiendas como Victoria’s Secret, Express, Tommy, Stradivarius, Michael Kors, Jimmy Choo, puras del primer mundo, y pronto aperturan El Palacio de Hierro, la legendaria tienda de la familia Bailleres. Algo tiene Veracruz que todos invierten. Ya cuenta con cines y con espacio de alimentos, donde hay una Parroquia chiquita, sucursal de la dos mil años. Faltan más tiendas por llegar, por eso será la mejor plaza comercial de Veracruz, sin duda. Antes, merodeando en un café las delegaciones deportivas se airean por los pasillos. Jugadores y jugadoras cubanas, las más cotizadas. La gente les pide retratarse, ellos acceden, la hermandad en todo su esplendor, a Cuba se le quiere en México, lástima que siga gobernada por esos dos rucos apellidados Castro (Fidel y Raúl), Fidel está tan viejo que ya la muerte se olvidó de él. Me cuentan una escena. En la venta de El Buen Fin, unos atletas cubanos entraron a comprar al ‘¿Vas al súper o a la Cómer?’. Formados estaban en la fila, escogían productos que en su pueblo ni soñar. Tienen un embargo-bloqueo desde tiempos de Kennedy, cuando abrazaron el comunismo en octubre de 1960. Los productos eran unos sartenes en paquetes de 3 a precio de 189 pesos. Un entrenador los miraba acucioso, por poco los muerde como mordería una Medalla de Oro. Uno se pregunta, ¿por qué los jóvenes compran utensilios de cocina, cuando debían comprar o camisas o ropa? Pues porque seguro sus madres les pidieron traer sartenes, cosa que allá no encuentran. Los cubanos eran de color blanco, no negritos, uno de ellos, al verlo una jarocha, dijo: “Ay manita, está tan bueno como William Levy”. Si Televisa lo ve, lo apaña y lo hace desertar y le contrata y regala una Mansión por la exclusividad, como acostumbra. Una Casa Blanca.
LA HABANA
Tuve la suerte de haber estado en La Habana en marzo de 2009, me acompañó el infante Gustavo Lila Haaz, mi sobrino, que regresó enamorado de una cubanita voluptuosa como Niurka. Medio les conozco y sé de sus sufrimientos. Fidel ha sobrevivido a 11 presidentes americanos: Eisenhower, Kennedy, Johnson, Nixon, Ford, Carter, Reagan, los dos Bush, Clinton y Barack Obama. Ninguno le ha dado tregua. O abres tu país o no hay ayuda. Termino de leer el libro de JJ Armas Marcelo: Réquiem por Fidel. Fidel es inmortal, y si muere, el otro hermano viejito le cubrirá cancha. Han desertado de Veracruz cuatro deportistas cubanas, quieren vivir mejor. Respirar aire de libertad. Moverse donde se quiera. Cuenta el libro que Fidel, cuando ve encumbrarse a sus funcionarios, los manda a un “arraigo de piyama”. Pone unos polis en casa y no te deja salir. Ocurrió con Roberto Robaira, exministro de Relaciones Exteriores. Se encumbró y cuando Fidel le vio peligroso, lo arraigó. Robaira, en un viaje intentaba asilarse con su familia. El barbón cubano se lo impidió. Y lo destituyó del cargo. Ahora dicen que lo tiene lavando letrinas y monumentos donde cagan las palomas. Yo no sé si viviremos para verlo, pero algún día de algún año, como cuando a México se le termine la corrupción, Cuba será libre, volverá la gente a poder salir de sus países con visas abiertas, como se estila en el mundo; volverán las grandes alamedas a abrirse para que camine el hombre libre, por parafrasear a Salvador Allende. Tengo un par de amigas en La Habana, nos carteamos a veces por el Facebook. Tienen grandes dificultades. Pero algún día respirarán aires libres. Muy seguro. Solo que se mueran estos dos cascarrabias vejetes.
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