24 de Noviembre de 2024
Director Editorial Lic. Rafael Melendez | Director General - Dr. Rubén Pabello Rojas

ACERTIJOS: ¿A QUÉ HORA SE NOS JODIÓ EL PAÍS?

 

Gilberto Haaz Diez

 

*De Bob Dylan, frase de su canción La respuesta está en el viento: “Cuántas muertes más serán necesarias para darnos cuenta de que ya han sido demasiadas”. Camelot.

 

Comíamos en la bella Xalapa, cuna de xalapeños ilustres y maestros veracruzanos, cuando la mala noticia llegó. El procurador Murillo Karam, cansado, informaba al país del hallazgo de los cuerpos de los normalistas, o lo que quedaba de ellos, y pensé ¿A qué hora se nos jodió el país? No lo sabíamos. Intuíamos que México vive un calvario porque hemos permitido mucha corrupción y más impunidad, desde al alcaldito de pueblo que delinque, roba y no es castigado, hasta los crímenes que quedan sin resolver, para volver a la vieja tesis policiaca: ‘delito que no se castiga, se repite’. Fue un viernes funesto, muy xalapeño, con la neblina al pie, un viernes cuando ‘México se dio un largo abrazo con la muerte y empujó al país a un abismo de dolor de magnitudes históricas’, según el diario El País. Pero entre amigos convivíamos, un grupo de xalapeños, entre ellos el empresario Manolo Fernández Ávila, de prosapia revolucionaria, hijo de don Justo Fernández López y nieto del gran Maximino Ávila Camacho, hermano del presidente Manuel. Hace tiempo concertábamos la comida, que el periodista Orlando García Ortiz, coordinaba. Se unió otro periodista, Felipe Hakim; además, un oreja de Erick Lagos; un civil: Gilberto Castro Márquez, oreja de Fidel, y más tarde se unieron dos jóvenes de Parchís, el hijo de Pancho Loyo Ramos (el diputado 51, que tiene 14 años coordinando a los legisladores), del mismo nombre y apellido, y un joven regidor del PVEM, un niño verde llamado Lino Jiménez. La comida era en La Pergola, un añejo restaurante xalapeño, con 50 años de antigüedad, frente al estadio que construyó el gobernador Heriberto Jara Corona, donde el ahora gobernador Duarte alzará la Medalla de Oro para Veracruz, cuando los escépticos pensaban que fracasaríamos en los JCC. En ese inter de la comida, llegó con su staff de trabajo el alcalde Américo Zúñiga Martínez, saludó a la mesa, dio las gracias por las porras merecidas a su ciudad, que ahora embellece sus prados como Orizaba en los tiempos de Córdova Bejar, y aproveché para enviarle saludos a su padre, el profesor Guillermo Héctor Zúñiga Martínez.

ENTRE PLATOS

Manolo, dueño de medio Xalapa, gran inversionista con su Torre Ánimas y el desarrollo inmobiliario, y sus cuadras de caballos y sus hipódromos ancestrales y tantas cosas empresariales, llegó con un par de libros. Hemos cruzado palabras vía los correos electrónicos, es una gente a la que le gusta la lectura y la cultura. Algún día nos vimos de a lejitos en París, él salía de una iglesia con su familia, misma a la que yo entraba. Me dio dos libros de su editora Ánimas, que uno de sus hijos, Rodrigo Fernández Chedraui, lleva de la mano. El hijo de la sombra y Tiempo de caudillos. Los leeré. La plática se fue entre su tiempo de alcalde y diputado, aquella vez cuando el que aún no era hombre leyenda, el gobernador Fernando Gutiérrez Barrios le llamó y le dijo: “Te toca”. Y le tocó. Luego, con su prestigio de empresario, fue candidateado como aspirante a gobernador, pero llegó Dante, el del cuatrienio. Remontamos la plática a su familia. A su padre, Justo Fernández López, que lega su nombre al café de sus cafetales, y cumple cien años de su natalicio (1914-2014) a quien, como todo hijo a padre, reverencia y lo honra con el trabajo, con las enseñanzas a los hijos por el camino del bien y de las empresas. Y a la mía, cuando nos acordamos del querido tío, el arquitecto Hermas Haaz Pavón, con quien laboró muchos años, y de su hijo, Hermas Haaz Carreón, que de Arquitectura de Xalapa partió para hacer dos maestrías en la afamada Universidad de Cornell, en Nueva York, becado por Echeverría. Luego, se hizo de la titularidad de Arquitectura en el TEC de Monterrey y ahora anda en la música, propio de todos los genios (Woody Allen prefiere tocar el clarinete en el Carlyle Hotel, de la avenida Madison, en NY, que hacer películas). Los comensales le pegábamos a una tampiqueña, quesos de entrada y lo escanciábamos con un vinito de la casa. Manolo tiene fama de buen anfitrión, y de poeta y decimero, en el convivio Gil Castro tiró una perla de la poetisa tlacotalpeña Josefa Murillo, la Alondra del Papaloapan, no recitó aquella clásica de ‘Mamá, soy paquito, no haré travesuras…’. El tiempo entre comida se iba. Los periodistas, Orlando y Felipe Hakim le entraron a la grilla palaciega, que si las candidaturas de dos años, que si iba el AS (Alberto Silva), conocido entre los cuates como el Muñeco Silva; que sí los dos Yunes tricolores. Brotan en el ámbito de Xalapa algunas preguntas sin respuestas. Había que hacerle al Ampudia que todos llevamos dentro. Paréntesis: (Sin que me lo crean ni yo lo confirme, suena Enrique Ampudia Mello para suplir a Silva Ramos, en la poderosa coordinación de Comunicación Social). En esa platica, pues los periodistas xalapeños son muy futuristas a la Walter Mercado, sin ser chotos, aseguraban que en la Secretaría de Gobierno, donde el Chillis se va, llegaba el Fraile Buganza, a rezar todas las mañanas para que a Javier Duarte le vaya bien, y del otro que pasó a nuestro lado y saludó respetuoso, Américo, le auguran los cabalistas que será el futuro secretario de gobierno, si Pepe Yunes llega al asiento de gobernador. Si es Héctor, el mayor de todos los Yunes, entonces el secretario de Desarrollo Económico sería Manolo Fernández Ávila, aunque él dice que nones, que ya fue alcalde xalapeño y diputado local y ahora se dedica, como siempre, a lo suyo, los negocios, a las grandes empresas pues es un cuarto bat, que si jugara en ligas mayores, seguro lo hacía en los Yankees de Nueva York.

 

LA BELLA XALAPA

 

Nos despedimos casi a las 8 de la noche, a tomar la mala y cara autopista de Capufe, que por partes parece camino rural. Quedamos de vernos en segunda reunión. La llovizna inquietaba, el frío apenas se sentía. Urgía llegar al noticiero de juayderito, pero cuando lo vi, a las diez y piquito, al parecer a juayderito (cualquier coincidencia con la película La dictadura perfecta, es cruel realidad) le dieron la orden de no alborotar más el avispero con los sucesos de ese día, otras veces se ha quedado media hora en la nota, ahora apenas y lo mencionó. El poder detrás del otro poder. Me quedo con las palabras del presidente Peña Nieto. Me quedo con el trabajo serio del procurador Murillo Karam, aunque ahora en las redes sociales le peguen con su #yamecansé, los memes en toda la extensión de la palabra. Yo no sé si esto fue un parteaguas, un antes y después para el gobierno del presidente Peña. Lo que sí sé, y lo saben muchos mexicanos y mexicanas, es que si la impunidad continua, no veremos la luz en la negrura del túnel. A castigarlos, como se merecen. A alejar los quebrantos de ese México convertido ahora en una fosa común, al que el vate Ricardo López Méndez, señalaba en su poesía: “Tú hueles a tragedia, tierra mía, y sin embargo ríes demasiado, acaso porque sabes que la risa es la envoltura de un dolor callado. Ese México que, se divierte jugando a los volados con la vida y, a veces, con la muerte”.

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