Gilberto Haaz Diez
De Edward Albee: “Hay que recordar una cosa sobre la democracia: en ella podemos tener lo que queramos, pero al final nos toca siempre lo que merecemos”. Camelot.
EL JAMES DEL REAL MADRID
Llegó por el aeropuerto Suarez-Barajas el colombiano en el que el Real Madrid cifra esperanzas, un chaval, James Rodríguez, que seguramente su padre le puso al nacer el nombre de James por James Bond y la raza no lo pronunció cómo era debido, y le atizaron el James, así a secas, como si a John Wayne le dijeran Jon, como Rementería. Pagaron por el angelito 80 millones de dólares al equipo francés AS de Mónaco, cerca de donde Rafa Márquez creó su grandeza. De allí se fue al Barcelona. James metió el gol más bello del Mundial, según los que votaron en la página de los mafiosos de la FIFA. Y ahora, junto al alemán Kroos, que es más malo que Carvallo para horadar campos contrarios, y Cristiano, Ball y todas esas contrataciones millonarias, el Real volverá a reinar como barredora. He estado en esas tiendas del Real Madrid. Ahora inauguraron una de dos pisos con elevador en la Gran Vía, allí donde Agustín Lara quería alfombrarla de claveles, y bañarla con vinillo de jerez. El negocio de esa empresa es vender camisetas. Cada una de ellas vale cerca de 90 o 95 euros, casi mil pesos, y cuidan que en la piratería de los afroeuropeos, los que tiran sus cosas en las banquetas, no haya camisetas de los jugadores. La de Cristiano Ronaldo llegó a vender en la primera temporada un millón de ellas. O sea, recuperaron los 90 millones de euros que pagaron por su fichaje. Aunque no todo entra para el club, le dan una comisión a Adidas, que fabrica las camisetas y otro a las tiendas, aunque sean de ellos. Pero no solo sale uno con una camiseta, el día que me metí, hace dos meses aproximadamente, salí con bufanda, balones, juegos completos para los nietos y mi tarjeta de crédito pujaba con esos galácticos. Los vendedores más históricos han sido Beckham, que era un culito, como dirían en jarochilandia, y Cristiano, que es otro. Jugadores que no solo juegan fútbol, adornan las portadas de las revistas como Vogue.
ALCALDE POO GIL
Uno suele ver de lejitos trabajar a este alcalde, que llegó a ocupar el sitio que una vez ocupó su padre, Gerardo Poo Ulibarri, como alcalde de Veracruz. Esa silla a la que siempre aspiró y no pudo sentarse el presidente más sabio y honesto que ha parido este país, don Adolfo Ruiz Cortines, bien ganado ese don. Ruiz Cortines aseguraba a propios y extraños, en lo que les ahorcaba la mula de seis a sus rivales, que su máxima oferta y sueño político sería haber sido presidente del Puerto de Veracruz, el Primer Municipio de América. No se pudo y los halos y hados supremos le llevaron a cubrir una cancha muy desgastada, como ahora se queja Duarte, cuando se sentó en la silla que le dejó empeñada y quebrada Miguel Alemán Valdés, padre de la criatura que nos gobernó como si fuéramos televidentes del Canal de las Estrellas. Gerardo Poo Gil, el Alex Syntek de los pobres, le talachea duro, hay colonias muy marginadas en Veracruz donde tiende su mano y lleva el poco dinero que trae, porque para todos los municipios del país, no hay dinero que alcance. Y Videgaray y Peña no sueltan la pasta.
LOS CINCO AUTOS MÁS DEVALUADOS
Cuando uno llega, con su guardadito y sus ahorros o un préstamo bancario a una agencia de autos por uno nuevo, uno no piensa en cuánto y cómo se va a devaluar el modelo que compras. Es bien sabido que, al salir de la agencia un vehículo pierde entre 15 y 20% de su valor automáticamente; siendo los autos más vendidos, deportivos y de lujo los que suelen depreciarse más. Leo ahora en el Financiero que, con una reducción de 7.4%, el Camaro de General Motors es el vehículo con mayor depreciación. A éste le siguen el Altima de Nissan, con 24.7 por ciento; el Aveo de Chevrolet, y el Nuevo Jetta de Volkswagen, en ambos casos con 24.1 por ciento, y el Camry de Toyota, con 23.8 por ciento. Ojo, pélenlo para cuando vayan por el suyo.
EL PIOJAZO
El Piojo y la Pulga no se van a casar, ni por falta de maíz ni nada parecido. El Piojo y el arquero Corona se han subido al ring. Pero mediático. Sucede que Corona quedó bien caliente porque el Piojo soltó una infidencia contada en el camerino, platica con el fracasado entrenador mexicano, al que ahora Televisa nos lo quiere mostrar como Louis Van Gall, entrenador de Holanda, y el mugre Piojo nunca llegó al quinto juego, eso sí, la mercadotecnia del Canal de las Estrellas lo tenía que empujar como ganador porque, entre otras cosas, la misma televisora ya aseguró la ratificación de Herrera como entrenador, y hasta Peña Nieto, que debe de saber de fútbol nada, metió ruido proclamándolo vencedor de la patria. Ni a victoria pírrica llegó. Paréntesis: una victoria pírrica es aquella que se consigue con muchas pérdidas en el bando aparentemente o tácticamente vencedor, de modo que aún tal victoria puede terminar siendo desfavorable para dicho bando. El nombre proviene de Pirro, rey de Epiro, quien logró una victoria sobre los romanos con el costo de miles de sus hombres. Se dice que Pirro, al contemplar el resultado de la batalla, dijo: “Otra victoria como ésta y volveré solo a casa” (en griego: Ἂν ἔτι μίαν μάχην νικήσωμεν, ἀπολώλαμεν). Así le ocurrió al Piojo, no supo como entrenador sostener diez minutos a la selección para pasar a la otra fase. En cinco minutos aquellos holandeses, hijos de Odín, rey de los Vikingos, el jefe de la sabiduría, la guerra y la muerte, nos empataron y dos minutos después nos ganaron. Y el muy babas llega como gran vencedor.
UN TAREKAZO
Alguien por ahí soltó un rumor maligno, que Antonio Tarek Abdalá había sido destapado como candidato por su suegro, José Ramón Gutiérrez de Velasco, diputado priísta. La verdad es que Joserra no es su suegro. Los suegros de Antonio Tarek son Marcelino Gutiérrez y Tita Beltrami, el tresvallense cuenqueño se casará en octubre con Ariadna Gutiérrez Beltrami (aunque los apellidos coinciden con el de los hijos de José Ramón Gutiérrez y Claudia Beltrami, no hay nada de lo señalado). Aclarando amanece.
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