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VERÓNICA HUERTA/AVC
XALAPA
Los vendedores de flores, comida, coronas, cruces y demás productos del tradicional “Día de Muertos” piden al ayuntamiento local que defina la autorización de la instalación de puestos en las inmediaciones de los panteones, porque es una oportunidad para generar economía local.
El secretario general de Vendedores del Sector Obrero-CROC, Isidro Barrera Cruz, expuso que desde abril del presente año dejaron de laborar por la prohibición del ayuntamiento local, a fin de evitar la propagación del coronavirus, así que han sido seis meses sin ingresos.
“La gente fue quien llenó de basura los puestos, sus dueños no han salido porque son gente ya grande, ahí sí hay que hacer conciencia, porque si ven un puesto vacío, que no le echen su basura” expresó.
Mencionó que los vendedores se comprometen a respetar y aplicar las medidas sanitarias de protección contra el coronavirus, pero que los dejen salir a trabajar en las inmediaciones de los panteones.
“La pandemia nos obliga a ser obedientes con el cubrebocas, porque ponemos en riesgo a la gente, y los mismos vendedores, si vamos a hacer caso, no vamos a exponer a nadie, nos vamos a cuidar, queremos los permisos, porque necesitamos ingresos” afirmó.
En años anteriores, dijo Barrera Cruz, en la primera semana de octubre ya habían encargado a sus proveedores de Puebla, Ciudad de México y del municipio Pablo Coapan, flor de cempasúchil, la mano de león, gladiolas y nube entre otras.
Agregó que tan sólo en el Panteón Xalapeño, ubicado en la avenida Xalapa, cada año son 70 puestos fijos y semifijos los que se ponen a vender productos de la temporada de Muertos, mismos que esperan una respuesta del ayuntamiento local, para empezar a hacer sus compras a los proveedores.
Refirió que este jueves, los empleados del Departamento de Inspección y Atención Comercial (DIAC) del ayuntamiento local retiraron seis puestos alrededor del panteón xalapeño, porque estaban abandonados, porque sus propietarios son personas mayores de edad, y no han podido salir a trabajar a causa del coronavirus.
“Esto es un abuso, no es justo, la realidad es que no trabajamos no porque no quiéranos, sino porque somos personas mayores de 50, 60 años y la pandemia no nos deja salir a trabajar”, finalizó.