No detiene paso de migrantes en Veracruz
PERLA SANDOVAL/AVC
XALAPA
“A los migrantes ni la pandemia los detiene”, señala Norma Romero Vázquez, coordinadora de Las Patronas, organización civil dedicada al apoyo de migrantes, que ni aún con el riesgo de COVID-19 han abandonado su sueño de llegar a Estados Unidos y atraviesan el estado como parte de su camino.
Las cifras de la Secretaría de Salud federal señalan que en el país se han registrado 407 casos positivos a la enfermedad provocada por el virus SARS-CoV-2, de los cuales 23 han fallecido a causa de esta.
En el caso de Veracruz aunque no se ofrecen datos exactos, señala que está entre las entidades que han reportado entre cuatro y 11 casos positivos, hasta ahora sin defunciones.
En el centro del estado, Las Patronas no han frenado su apoyo, pero han visto la disminución en la llegada de los migrantes a causa de la enfermedad, al pasar de 300 por día a apenas 40 o 50.
“Ahorita sigue el control, pero los que han logrado pasar están agarrando diferentes rutas para poder llegar al país (...) ellos tienen bien claro su camino, a ellos definitivamente no los para ni la pandemia, a pesar de que pasan por una ruta en donde la pandemia es fuerte, han llegado sanos y piensan que si ya pasaron por el sur, esperan que el centro y norte sea mucho mejor”.
No obstante, consideró que sería complicado que se tengan cifras certeras sobre el contagio en este sector de la población debido a que muchos de los albergues fueron cerrados durante la pandemia y los migrantes se ven obligados a dormir al pie de las vías del tren.
“Están llegando y muchos de los albergues están cerrados, en Ciudad de México es más complicado porque tienen que quedarse en las vías porque algunos cerraron sus puertas y otros sólo dan el servicio de la comida; el problema es que si llegaba a una casa anteriormente, ahora con esto es complicado porque se quedan en las vías y están más expuesto”.
En este albergue no se han registrado casos confirmados o sospechosos de COVID-19, a pesar de que se trata de un albergue abierto; ello se debe en buena medida a que en el albergue también se tomaron medidas preventivas contra la enfermedad.
“Algunos llegan y se quedan tres días a descansar y siguen su camino; de pronto llegan cinco o cuatro, ahorita tenemos capacidad para máximo 10 o 15 personas”.
EL HAMBRE ES MÁS FUERTE QUE EL COVID: PASTORAL EN EL SUR
Por su parte, el sacerdote encargado de la pastoral de Movilidad Humana en el albergue de la Diócesis de Coatzacoalcos, Joel Ireta Munguía, relató que desde el inicio de la pandemia en marzo pasado el albergue se mantuvo en aislamiento y poco a poco los migrantes decidieron ir saliendo. Los últimos en salir fueron 12 personas, entre ellas cuatro menores de edad que viajaban acompañados y que al observar que el semáforo epidemiológico en el estado pasó de riesgo máximo a alto, decidieron continuar su camino.
“Yo sé que el hambre es más fuerte pero viéndolo así, que yo pasé por el COVID, es más importante la vida del otro”, señaló.
No obstante, en este caso los hondureños, principalmente, tendrán que esperar hasta seis meses para que las autoridades les otorguen el estatus de refugiados, a fin de que puedan moverse “libremente” por el país.
Ireta Munguía aseguró que los migrantes no tienen miedo al contagio y que durante su estancia han recibido capacitación del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados así como de la Cruz Roja, Médicos Sin Fronteras.
“Se fueron seguros, aprendieron todo lo que debían acerca del COVID y no se fueron con ningún miedo, ellos ya querían salir, se sentían ya como en una cárcel porque no se les permitía salir para nada”.
El clérigo consideró que los migrantes son una población en constante riesgo debido a que en su paso hacia el norte del país van teniendo contacto con municipios en donde el contagio de COVID-19 es mayor, como en el caso de la zona sur.
“La recomendación es que se chequen antes de salir, que vean que su temperatura sea la normal, si tienen algún síntoma mejor que se detengan y pidan ayuda, ahí en la Casa del Migrante donde puedan asistirle, es ser honesto porque una persona que viene contagiada viene a contagiar a los demás”, dijo.
En este sitio no han registrado casos de migrantes que resulten sospechosos a COVID-19, pero a quienes llegan además de la atención que se les brinda en alimentación, también se les entregaron cubrebocas.
“Ninguno manifestó que tuvieran síntomas, se les preguntaba por si había que canalizar a la Secretaría de Salud, pero no podría decir que hubo uno, dos o tres casos, porque al menos en el albergue no hubo ninguno”.
Señaló que en este sitio no se permitirá el acceso de migrantes para refugio hasta que las condiciones sanitarias lo permitan y la Diócesis se lo informe.
“Ahora se les atiende desde afuera, no se les deja pasar, pero se les pasa la comida, se les hace una pregunta para saber si necesitan medicamentos, calzado o ropa y si es necesario se lo pasamos, pero no pueden pasar al albergue”.