YHADIRA PAREDES
XALAPA
Los recursos que están destinados a atender la epidemia del VIH y Sida los están desviando para la contingencia sanitaria por el COVID-19, lo que representa un serio riesgo para aquellos pacientes que requieren atención de manera constante.
Así lo dio a conocer Patricia Ponce Jiménez, investigadora del Centro de Investigaciones de Estudios Superiores de Antropología Social (CIESAS) plantel Golfo, quien dijo que las complicaciones serían porque limita la capacidad de los gobiernos para responder las demandas de los medicamentos antirretrovirales.
Es lamentable que ante la pandemia haya interrupción de los tratamientos y saturación de los sistemas de salud, lo que hace que no haya atención a personas con VIH y mujeres embarazadas con VIH.
Además se han parado los programas de prevención, lo que podría derivar en un incremento de número de casos, de muertes por VIH y de nacimiento de niñas y niños con VIH en el estado y por supuesto, en todo el país.
Patricia Ponce Jiménez advirtió que otra problemática en medio de la pandemia y crisis sanitaria es que el distanciamiento social impide desarrollar las actividades de los trabajadores informales, que no pueden trabajar desde sus hogares, pues eso significaría carecer de un sustento económico.
Son ellos quienes no cuentan con seguridad social, seguro de desempleo o atención a salud, lo que los deja en una situación de vulnerabilidad.