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XALAPA
Restauranteros xalapeños señalan que a más de cuatro meses de pandemia y de cierre de establecimientos en la capital del estado, se vive una situación difícil debido al miedo que persiste en la gente, las adecuaciones a la nueva normalidad, la ausencia de comensales y una caída en las ventas de 80%.
NO HAY CULPABLES
Sin temor a equivocarse y porque no puede “evitar decirlo”, para la empresaria Doña Clarita, la situación económica que se vive tras cuatro meses de cierre de su restaurante es “difícil” y “terrible”, debido al confinamiento provocado por la pandemia de COVID-19.
“Esto no nos dijo ni agua va, no hay culpables, solamente llegó y ya, fue feo tener que bajar la cortina cuatro meses, apenas hace 15 días volvimos a abrir y va muy lenta la reactivación, no quiere jalar bonito”.
No obstante señala que la necesidad que todos tenemos de comer “nos hace seguir adelante y echarle todas las ganas”, en su caso a su restaurante de comida veracruzana La cocina de Doña Clarita.
Y mientras antes de febrero la gente gastaba en cosas no básicas, ahora se tiene que pensar en comprar cubrebocas, caretas, gel o solución sanitizante, “es totalmente diferente, pero es algo con lo que vamos a vivir mucho tiempo, todo eso hay que integrarlo a nuestra vida y manera de hacer y ser”.
MIEDO E INSEGURIDAD COLECTIVA
Daniel Mariano, propietario de ONCE Pambassería, califica la situación que se vive entre los prestadores de servicios de “muy difícil” y “muy dura”, pues en su caso, apenas tenía dos meses de abrir su establecimiento y lo tuvo que cerrar cuatro.
“El miedo e inseguridad colectiva fue mayúscula; sin embargo, tratamos de tomar todas las medidas, readecuamos lo indispensable para poder laborar y seguir progresando”. Entrevistados en el marco de la Feria del Pambazo Virtual Xalapa 2020, comenta que ahora el trabajo que se viene encima es volver a posicionar su marca entre los comensales xalapeños, especialmente en redes sociales, pues el Facebook llegó para quedarse.
“También es importante hacerle saber al cliente que estamos tomando las medidas necesarias para brindarles la calidad e higiene que buscan”.
NO PODEMOS DEJAR IR UN CLIENTE
Antonio Hernández López, propietario de Coctelería Don Tori, en El Sumidero, opina que no queda de otra más que echarle ganas, pues los comerciantes restauranteros “andamos al día”, especialmente los de la periferia de Xalapa, que requieren también del apoyo de las autoridades.
Este establecimiento estuvo cerrado desde que inició la pandemia y ahora volvió a abrir, adaptándose a las circunstancias y las indicaciones del Ayuntamiento de Xalapa y del sector salud, como no vender licor y contar con tapete sanitizante, cubrebocas, caretas y que todo esté limpio en la cocina.
“Tuvimos que cerrar de lunes a viernes, solo trabajaba sábado y domingo y solo para llevar, pero desafortunadamente a la gente no le gusta, venían a comer aquí, pero no podíamos darles servicio y dejar ir un cliente en estos tiempos es importante, nos ha costado, costado mucho, pagar renta y empleados”.
Reconoce que en su momento optó por buscar uno de los microcréditos que ofreció el gobierno; sin embargo pasaron los días, no le han llamado y sigue a la espera. “Espero que volteen hacia las orillas y esta zona en donde los microempresarios estamos echándole ganas”.
“Ya la autoridad nos dio permiso de abrir todos los días con las medidas requeridas, estamos acatando órdenes, pero nos está costando mucho trabajo, estoy saliendo a flote sábado y domingo nada más, entre semana con ganas, pero desafortunadamente no es suficiente. Va goteando, pero aquí estamos…”.
VENTAS CAYERON UN 80%
Finalmente, Martín Fernández, propietario de La Sirena Restaurante Familiar, en la Plaza de Xallitic, comenta que el negocio cerró tres meses, pero ahora en el retorno la situación es difícil porque no hay clientes y las ventas cayeron más de 80%.
“Hay que guardar las distancias, es un miedo que da, pero tenemos que trabajar para sacar para los alimentos, los gastos, es el problema pero esperemos se componga y salgamos adelante”.
El cambio en esta nueva normalidad incluye el guardar distancia y tener todo en total higiene, “es muy difícil, es frustrante esta situación, la verdad, está muy canijo, la gente no sale tan fácil, no hay solvencia económica, está difícil, pero tratamos de salir adelante”.