23 de Noviembre de 2024
Director Editorial Lic. Rafael Melendez | Director General - Dr. Rubén Pabello Rojas

Familiares de migrantes recibieron sus cenizas

 

 

 

 

 

 

Tenían décadas sin verlos.

FLAVIA MORALES/AVC

XALAPA

María del Carmen aprieta con fuerza la caja negra de no más de 20 centímetros que tiene entre sus manos. Son las cenizas de Emilio, su esposo, quien hace 14 años partió de San Andrés Tuxtla a Estados Unidos.

Emilio de 43 años trabajaba en New York en un restaurante como cocinero. Hacía tres meses no tenía trabajo, estaba angustiado, con su salario mantenía a su familia y daba carrera a sus dos hijos.

Desde que partió a Estados Unidos, Emilio ya no regresó, no tenía papeles en regla, allá se enteró de la muerte de su madre, de su hermano y recientemente la de su padre, por eso quería regresar.

Tenía la ilusión de volver en mayo, quería conocer a su nieta de un año, y celebrar su cumpleaños y el de su esposa. Emilio no se quejó, no dijo que tenía síntomas de coronavirus.

El día que murió, alcanzó a hablar con su familia y despedirse. “Me dijo que cuidara a los niños, que siempre nos llevarían en el corazón”. Unas horas después le avisaron que Emilio había muerto en su cuarto, no alcanzó a llegar al hospital.

Él es uno de los seis migrantes veracruzanos que fallecieron por COVID-19 en New York y cuyas urnas con cenizas llegaron en un vuelo de la Fuerza Área este sábado, y este lunes fueron entregados a sus familias por parte de la Dirección a Migrantes.

En total, 65 migrantes han muerto en Estados Unidos por la pandemia del COVID, más de la mitad han podido ser repatriados a sus pueblos.

Otro caso es el de Simón, quien tenía 20 años trabajando en New York, también era cocinero. Ayer, su esposa Elvia y sus dos hijos recogieron sus restos: “Esta pandemia le pegó, tuvo la mala suerte, ya no pudo regresar a pie a casa”.

“Hablábamos todos los días, cuando él enfermó nosotros pensamos que podía salir, estuvo ocho días internado, y falleció allá”, dice Elvia.

Su familia lo recuerda como un buen esposo, un buen padre, dejó dos nietos y planeaba trabajar dos años más para regresar, cuando cumpliera 55 años. “No pueden creer que esto les haya pasado a su papá, es muy difícil de creer. Nunca pensé que lo iba a venir a encontrar así”. 

Hortensia Huesca batalló durante tres meses y medio para recuperar las cenizas de Medel, su hermano, quien murió por COVID-19 en New York.

Medel le informó a su familia que tenía síntomas de coronavirus, se hizo una prueba y resultó negativa, pero murió de insuficiencia respiratoria, dos días después de ingresar al hospital.

“Falleció el 3 de abril, fue un peregrinar muy duro para la familia porque nos costó trabajo recuperar las cenizas, es algo doloroso no imaginé verlo así, era un hombre valiente, guerrero, donde quiera que esté siempre lo vamos a recordar, era un ejemplo a seguir”, cuenta. Medel se fue a los 23 años a EU y tenía seis hijos.

Medel trabajaba en una abastecedora de carne, y acomodando anaqueles. “Todos sus amigos han hablado mucho de él, era apreciado. La tristeza que me queda es que a los migrantes fueron a quienes los mandaron a trabajar, a enfrentar la pandemia, pero por no tener papeles, tenían que enfrentar la muerte”, reclama Hortensia.

Carlos fue por las cenizas de su padre Domingo Fuentes quien tenía 20 años trabajando en New York. Murió el 4 de marzo de un infarto, pero la pandemia del coronavirus les cerró la posibilidad de repatriar su cuerpo.

Con el apoyo del consulado, logró que las cenizas de su padre volvieron a su natal Úrsulo Galván.

José Francisco Castro se fue a Estados Unidos cuando tenía 21 años, trabajaba en New York en un restaurante de comida rápida. Había intentado regresar, pues padecía de cáncer en el estómago y quería volver.

Pero la pandemia se lo impidió. Su hermano Elvis, quien recogió este lunes sus cenizas, relata que su hermano murió en febrero, pero fue imposible intentar traer su cuerpo.

José Francisco, originario del Puerto de Veracruz,  tiene tres hijos en Estados Unidos. Sus padres y su hermano también están en Estados Unidos.

Las familias regresaron a sus casas con la cenizas de sus familiares, donde adelantaron que ya les preparan misas, rosarios, y homenajes para honrar su memoria.