La citaron para matarla.
VERÓNICA HUERA/AVC
NAOLINCO
Olga Lidia Mora Ocampo, madre de Reyna Isabel M. M de 12 años, asesinada el fin de semana, suplicó al padre y madre del joven detenido que acepten que su hijo es el responsable de haber acabado con la vida de un niña que confió en él.
Cada vez que alguien le da el pésame, Olga Lidia Mora suplica: “Reyna se me fue, se me fue, por qué, él tiene que pagar”, y vuelve a llorar una y otra vez, mientras sostiene las flores que le llevan a su hija.
En la calle Miguel Dorantes Cabañas se ubica la “Panadería Cayetano”, conocida porque cada año, la noche del 1 de noviembre sus dueños ofrecen el espacio, para que ahí se detengan las familias y turistas a entonar alabanzas como parte de los festejos a los Días de Muertos.
Este mismo escenario, donde Reyna Isabel se esmeraba por arreglarlo con flores de cempasúchil, papel picado, veladoras, mole, chocolate, colocar las piezas de pan, y que todo se viera colorido, es el lugar donde su familia y amistades adecuaron para poner su ataúd color blanco, rodeado de velas y veladoras.
En la calle empedrada conocida como “Dorantes” se aprecian unas sillas donde se sientan las personas que van a acompañar a la familia de Reyna Isabel, una lona que les ayude a cubrir el sol y el sereno de la noche de este lunes, que está por caer en Naolinco, municipio que ha intentado ser “Pueblo Mágico” pero al que el Gobierno federal le ha negado la oportunidad.
Encima del féretro hay un retrato hecho a mano de Reyna Isabel, y al lado hay una fotografía de la niña, la misma que utilizaron su padre y madre para buscarla a través de la red social Facebook.
Olga Lidia tuvo tres hijas, de 18, 12 y 8 años; Reina Isabel, que era la “en medio”, se dedicaba todos los días a vender pan en las calles y hacer las cuentas de la venta, porque para su mamá es complicado saber de números.
La madre de familia informa que hay un menor de 15 años, detenido por las autoridades, y al parecer él es el responsable de “engañar a mi niña”, y de acabar con la vida de una joven que apenas había concluido el ciclo escolar y recién había egresado del sexto grado en la escuela primaria Juan Escutia.
“Lo único que le pido a los papás es que entiendan, que se compadezcan de mí, que entienda que su hijo tiene que pagar lo que él hizo, porque él fue, él fue. Lo único que les estoy pidiendo, y no les estoy amenazando, sino que entienda como madre que es la señora que tiene hijos, niños chiquitos, que entiendan que su hijo tiene que pagar”.
Refirió que esa casa donde se realiza el velatorio a Reyna Isabel, no viven ellos, sino que ahí la niña pasaba la mayor parte del tiempo, porque le gustaba estar con sus tíos, tías y su prima.
Recordó que el sábado 4 de julio -día que fue vista por última vez- estaban en la vendimia del pan, cuando Reyna Isabel recibió un mensaje a través de la red social Facebook, y se fue, porque expresó que le iban a “dar algo”.
“Ese día estábamos vendiendo pan y le llegó un mensaje que es que de la secundaria, que según un muchacho, Jacobo Mota, le había mandado por el face, y le preguntamos a él, y nos dijo que no era cierto, que no le mandó nada”.
Según la madre de familia, el menor de edad detenido es Cristian Aguilar, originario de la localidad Casa Blanca, porque él fue quien citó a Reyna Isabel en alguna parte de la cabecera municipal de Naolinco, y con “mentiras” la llevó a la zona conocida “La Fuente”, donde la encontraron sin vida en la tarde del domingo 5 de julio.
Tres mujeres que se encontraban en el velorio platicaron que Reyna Isabel hacía sumas, restas, y las operaciones matemáticas que se necesitaran para que su mamá entregara a la panadería la venta del pan que hacían día a día.
Una mujer joven expresó: “Yo la conocí desde chiquitita, chiquitita, me pidió que fuera su madrina de la salida de la primaria, desgraciadamente ya no se hizo. Trabajábamos juntas, Reyna era muy tranquila, no se metía con nadie, siempre estaba con su mamá porque la señora no puede hacer cuentas, y Reyna la cuidaba que saliera bien las cuentas, Reyna no tenía malicia”.
Otra de las mujeres que estaba en el velorio expresó que las familias de Naolinco están “indignadas, adoloridas, espantadas y admiradas” porque nunca antes habían vivido una muerte así, en la que arrebatan la vida a una niña, tranquila, que no se metía con nadie, trabajadora”.
Destacaron que en Naolinco –municipio localizado a 40 minutos de Xalapa– habitan hombres y mujeres dedicados a la elaboración de zapatos, bolsas, botas, cinturones, pan, dulces, mole, chiles rellenos, licores, al comercio en general, y nunca en la historia del pueblo se había conocido que alguien asesinara a niños o niñas.
“Tenemos mucho dolor por la pérdida, no se merecía esto, estamos indignados, nos duele porque la conocemos desde recién nacida, somos compadres, somos vecinos, exigimos justicia, para que aprendan que no se debe jugar con una menor de edad” finalizaron.