“Si mañana caigo yo, es casi irremediable que la oposición veracruzana caiga mañana conmigo”, amenazó ante los medios de comunicación el diputado Erik Iván Aguilar López, luego de invocar a la oposición, dirigentes de partidos, senadores veracruzanos, diputados locales y a otros personajes de la vida política del estado.
En una conferencia de prensa, en la que no permitió preguntas de los reporteros, se dijo víctima de “una gran injusticia”, luego de que la Fiscalía General del Estado le acusara de los presuntos delitos de resistencia de particulares y ejercicio indebido del servicio público.
Cara le está saliendo su temeridad. Ese desparpajo y despreocupación al violar la ley. Irresponsabilidad es no poder responder de manera madura por las propias acciones. Ahora, este inmaduro diputado ya no sabe a quién invocar para que lo vengan a rescatar.
Lo deseable es simplemente que se cumpla la ley, que quien la quebrante en perjuicio de terceros asuma las consecuencias y no reincida, más aun si se trata de un servidor público o representante popular que protestó guardar y hacer guardar la ley.
Qué caro le está saliendo haber dicho que “A la Fiscal me la como yo en tacos” cuando por sus pistolas ordenó: “¡Vamos a llevarnos el cuerpo! ¡Que nos detengan a todos!”, sin medir lo que decía. Qué cara sale la impericia, qué cara sale la improvisación, qué cara sale la temeridad.