Lesiones les dejan alteración neurológica y secuelas emocionales.
VERÓNICA HUERTA/AVC
XALAPA
Un niño o niña víctima de maltrato llegará a la vida adulta con lesiones, alteración neurológica, secuelas emocionales, y tiene la probabilidad de replicar las agresiones hacia sus hijos en un 85%, advirtió el médico investigador del Instituto Nacional de Pediatría, Arturo Loredo Abdala. Expuso que la agresión se puede dar desde que el niño o niña se encuentra en el útero, lo cual se llama abuso fetal, la cual también tendrá diversas repercusiones a corto, mediano y largo plazo.
“Vamos a suponer que tenemos a un niño víctima de abuso físico, ¿qué vamos a tener? Una consecuencia física inmediata que puede ser un moretón, quemadura o fractura, pero a mediano plazo vamos a tener otra repercusión que es lo emocional y se llama estrés postraumático”, explicó.
Este abuso físico a largo plazo tendrá como consecuencia el llamado “Fenómeno de Replicación Transgeneracional” esto es que el niño o niña víctima de agresión en su vida adulta como padre o madre puede generar el problema en un 55 u 85%.
El pediatra acudió al Quinto Congreso “Del CEM al CAE, 30 años cuidando tu salud”, celebrado en la capital del estado. Especificó que la violencia contra niños, niñas y adolescentes puede ocurrir en cualquier comunidad, y citó como ejemplo de víctimas a los migrantes, a los indígenas, a los trabajadores en las calles y a los que están en situación de guerra. Por lo anterior dijo que cuando un menor es víctima de maltrato infantil sufre una alteración física, emocional o neurológica, la cual debe ser atendida para evitar un estrés postraumático, que genere una replicación a corto, mediano y largo plazo.
“Cuando se sufre maltrato, quedan secuelas emocionales, lo cual se ha comprobado a través de investigaciones realizadas, hemos probado con animales y la lesión no solo persiste, sino que se incrementa, por lo que estamos por desarrollar algo para evitar este daño”.