Juan David Castilla Arcos
Xalapa
Guillermo Ordaz López ha elaborado dulces típicos durante más de 30 años en Xalapa, pero, en la actualidad, sus pérdidas económicas son notorias.
Su negocio se encuentra, desde hace 22 años, sobre la calle Insurgentes, en el Centro Histórico de la ciudad.
Allí labora con su esposa y un sobrino; su especialidad son las semillas garapiñadas.
En su anaquel se observan pepitas, cacahuates, nueces, almendras, ajonjolí, girasol, semilla de calabaza y piñón.
Hace muchos años, don Memo, como lo llaman sus conocidos, ejerció conocimientos en contabilidad, trabajando para el Gobierno; sin embargo, prefirió dedicarse al negocio familiar.
El señor de 66 años cuenta que en los últimos tiempos han cerrado tiendas de dulces típicos o tradicionales en la capital del estado.
Lo anterior, debido a que los secretos para elaborar los dulces ya no cualquiera los conoce, pues los adultos mayores dedicados a ello han fallecido.
“Los abuelos ya no están, que eran los que los hacían”, cuenta mientras despacha mercancía.
A su juicio, la materia prima se ha industrializado y cada vez ha sido más difícil conseguirla.
En los últimos tres años sus ventas han bajado 60%.
MANIFESTACIONES, EL PEOR ENEMIGO
El señor vende turrón, palanquetas de cacahuate, jamoncillo, merengue, caramelos, dulces, botanas y otros productos.
Don Memo tuvo tres hijos, a quienes brindó lo necesario gracias a su dulcería típica.
Relata que ha crecido la competencia, pues casi en cada esquina del centro de Xalapa, abrieron tiendas de conveniencia, además de grandes cadenas como el Bodegón de Semillas.
Incluso, la Dulcería Central, localizada en la esquina de las calles Xalapeños Ilustres y José María Mata, cerró sus puertas y en el mismo local abrió una tienda de conveniencia.
“Hay productos similares pero no es lo mismo. Todo eso nos afecta. Aquí se maneja una producción artesanal”.
Las pérdidas económicas obligaron a los dulceros típicos a cerrar sus establecimientos.
“Va afectando porque la gente va al OXXO, a comprar determinado producto, y ve un dulce, una botana, y se lo llevan, aunque después ven que no es de la calidad que esperaban”.
Se enfrentaban a elevados costos para el pago de la renta de sus locales y la adquisición de la materia prima.
El señor lucha por conservar su negocio; sin embargo, el cierre de calles por parte de manifestantes dificulta aún más su situación económica.
“La gente ya no quiere venir al centro, sale más caro por gasolina, el tiempo perdido, pero seguimos echándole ganas”.
Ordaz López heredó el oficio a su padre y continúa desempeñándolo con gran pasión.
Aunque cree que muy pronto podría jubilarse, está seguro que su hija podría continuar con el negocio.
EMIGRAN EMPRESARIOS
Desde que inició este año ha sido notorio el cierre de negocios en el centro de la ciudad.
Para el presidente de Empresas SOS, Jesús Castañeda Nevárez, la falta de oportunidades y en algunos casos por la delincuencia, diversas empresas han decidido cerrar sus puertas.
Incluso, algunos de ellos han optado por emigrar de la capital del estado hacia otras entidades, en busca de nuevas oportunidades.
El problema fue heredado por administraciones pasadas, sobre todo las dos últimas, encabezadas por Javier Duarte de Ochoa y Miguel Ángel Yunes Linares.
El adeudo que mantiene el Gobierno de Veracruz desde el sexenio duartista con varios empresarios, no ha sido liquidado.
Consideran que en el bienio yunista no fueron liberados los pagos por “capricho”, debido a que sí había recursos económicos para ello.
A juicio de Castañeda Nevárez, ambos gobiernos fueron similares en ese sentido.
Habían prometido que pagarían todos los servicios contratados, pero tampoco cumplieron.
ABREN EMPRESAS AL DÍA
Pese a lo anterior, el Ayuntamiento de Xalapa promueve la apertura de nuevas empresas.
Incluso, de acuerdo con el regidor décimo Juan Gabriel Fernández Garibay, se abrieron una o más empresas al día en el primer semestre del año.
Entre 37 y 40 empresas se abren cada mes en la capital del estado.
Se calcula que durante este año, sólo cerca de cinco empresas no pudieron abrirse por el exceso de trámites.
Anteriormente, una licencia era liberada en caso 155 días, cuando el trámite debía concluirse en 24 o 48 horas.
A juicio de Fernández Garibay, también se ha avanzado en el tema.
“Traíamos unos tiempos muy largos, traíamos un promedio, en una licencia tipo A, casi de 155 días, cuando debíamos estar entre 24 y 48 horas”.
El funcionario municipal admite que también varias empresas han cerrado sus puertas.
“Estamos buscando un programa de actualización, vamos a acercarnos a la gente, vamos a invitarlos a que todos estemos en orden”.
Recuerda que Xalapa recargaba su económica en la industria del café y el gobierno, dos sectores que han sido severamente golpeados.
“Estamos dando cursos gratuitos de contabilidad, cómo manejar tu negocio en redes, cómo dar seguimiento, inocuidad, registro de marca, estamos apoyando a quien ya está abierto”.