Más de 5 mil vendieron sus parcelas; actividad ya no es redituable.
Juan David Castilla Arcos
Xalaa
Más de cinco mil productores de café han abandonado su actividad en la región de Coatepec.
Así lo reveló Cirilo Elotlán Díaz, integrante del Consejo Regional del Café de Coatepec y de la Coordinadora Nacional de Organizaciones Cafetaleras.
El entrevistado recordó que en la actualidad solo hay cerca de 15 mil productores que cultivan más de 30 mil hectáreas de café.
Algunos de los cafetaleros, al no ser redituable su actividad, vendieron a mitad de precio sus parcelas a empresas fraccionadoras o cambiaron sus cultivos para sembrar limón.
“Más de cinco mil productores de café (abandonaron su actividad). Si vas a las zonas de la media a la baja, vas a encontrar muchos cultivos de limón, ya han abandonado los cafetales”.
Añadió que en la zona de San Marcos (Xico) y Teocelo se han construido fraccionamientos sobre lo que eran fincas de café.
Elotlán Díaz refirió que la producción de café en la región de Coatepec está en riesgo por tres factores: abandono de cafetales, cambio de cultivo por limón u otros productos y el crecimiento desmedido de la mancha urbana.
“Las empresas constructoras están comprando sus parcelas a los pequeños productores de café porque ya no tienen para atender sus males físicos y están ofertando sus parcelas a mitad de precio”.
Cabe recordar que el precio del café continúa siendo severamente castigado en la zona. El kilogramo de café cereza es pagado a cuatro pesos en Cosautlán; de ese dinero se le dan hasta tres pesos al cortador y solo le queda un peso al productor para el flete.
“Entonces no le viene quedando nada al productor; sin embargo, si vamos a un Italian Coffee, si vamos a un Starbucks, si vamos a la Parroquia, una taza de café anda en promedio de 30 pesos, a un kilo de polvo yo le saco 120 tazas de 30 pesos, son más de 3 mil pesos lo que le saco a un kilo de polvo y de eso solo el 5% le está llegando al productor, no puede ser posible”.
En ese sentido, opinó que el café sí es negocio pero, por falta de moralidad, razonamiento y sensibilidad, las grandes empresas están acabando con los pequeños productores.