Juan David Castilla Arcos
Xalapa
Migrantes centroamericanos fueron captados mientras fumaban marihuana en un punto de la capital del estado, donde piden dinero a los conductores presuntamente para comer.
Los foráneos fueron observados en el distribuidor vial El Trébol, que se encuentra sobre la carretera federal Xalapa-Veracruz y que conecta a las avenidas Arco Sur y Lázaro Cárdenas.
Mientras dos migrantes alentaban el tránsito en la cima del distribuidor, otros cuatro (dos hombres, una mujer y una niña) se encontraban a un costado, sobre una especie de gradas que rodean a la fuente. Los varones fumaban la droga.
El penetrante olor de la cannabis llegaba a los conductores que circulaban por la zona. Sin duda, la menor respiraba directamente el humo.
Muy pocas personas se detenían para dar una ayuda económica a los extranjeros, quienes deciden abandonar sus hogares en Honduras, El Salvador y Guatemala, en busca del “sueño americano”.
Los centroamericanos quisieron extorsionar a los reporteros que buscaban una historia sobre los motivos por los cuales abandonaron su lugar de origen.
En primera instancia, los sujetos pidieron dinero para comprar un refresco. Después, exigieron más de 20 pesos, a cambio de una entrevista anónima.
Los migrantes no dijeron de qué país provenían; sin embargo, lucían rasgos afroamericanos.
También portaban gorras, sudaderas, bermudas, tenis y mochilas en buen estado.
Cabe recordar que Azucena Méndez Dávila, jefa de oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los refugiados (Acnur) en Acayucan, indicó que más del 50% de los ciudadanos huyen de sus países porque su vida está en peligro.
INCAPACIDAD DE PROCURADURÍAS
Las procuradurías carecen de capacidad de respuesta para atender a las niñas, niños y adolescentes que arriban a la Estación Migratoria de Acayucan.
De acuerdo con Méndez Dávila, en Acayucan, municipio ubicado en la zona sur de la entidad, solo hay una persona encargada de la Procuraduría para atender a 836 migrantes en la estación migratoria, donde muchos son menores.
“Son niños que pueden pasar por ahí durante su procedimiento migratorio, entonces la respuesta que tienen estas procuradurías también debe agilizarse”.
La Ley General de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes establece que la procuraduría federal y estatal deben encargarse de dicha situación.
En el caso del estado de Veracruz, de acuerdo con la Ley 573, también deben intervenir las procuradurías municipales.
“Los menores necesitan tener un procedimiento rápido, acceder rápido. Tener análisis de su interés superior, rápido, tener un protocolo de quién va a hacer ese análisis”.
Sin embargo, hay lugares como Acayucan, donde la situación es más complicada.
“Hay lugares como Acayucan donde la Procuraduría es una persona y tienes una estación migratoria de 836 personas, donde muchos son niños”.
Méndez Dávila comenta que el acceso a la educación para menores migrantes resulta un reto por el trámite burocrático.
“Vengas solo o acompañado necesitas educación. El acceso a la educación es un reto y muchas veces es un tema burocrático o un tema de que no tienen CURP, porque no pueden subir al sistema o que tuvieron que salir corriendo, les quemaron todo y no pudieron traer los certificados, las boletas o vienen de un país donde no pueden acudir a sus embajadas”.
SIN ACCESO A SALUD
Los migrantes también enfrentan limitaciones cuando buscan acceder a servicios de salud.
En la actualidad, no es clara la dinámica para quienes solicitaron asilo o refugio y requieren atención médica en la entidad veracruzana.
“Muchas veces llegan a nuestra oficina, diciéndonos: ‘Es que fui al médico, al servicio de salud público, pero como no tengo Seguro Popular porque no tengo CURP y mi hijo tiene 42 grados de fiebre”, añade la jefa de oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los refugiados en Acayucan.
En ese sentido, considera que debe mejorar la protección sobre todo para niñas y niños migrantes.
Cabe recordar que más de seis mil 500 migrantes centroamericanos solicitaron refugio en el estado de Veracruz, durante los primeros siete meses de esta año.
Méndez Dávila aclara que el refugio se otorga a todos los solicitantes cuando se corrobora que los migrantes salieron de sus países porque su vida estaba en riesgo.
Estas personas cuentan con una regulación migratoria y cuando son reconocidos acceden a una residencia permanente.
La Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) analiza cada uno de los casos.
En 2013, la República Mexicana recibió mil 232 solicitudes de asilo; sin embargo, en lo que va de este año, se han recibido más de 48 mil.
Los migrantes refugiados en México provienen de los países Honduras, El Salvador, Nicaragua, Venezuela, Cuba y Guatemala.
SENSIBILIZACIÓN
Micaela Gramajo vivió una migración forzada para establecerse en México.
En el proceso, padeció xenofobia, discriminación hacia extranjeros.
Llegó a escuelas donde las personas hablaban y actuaban diferente.
“Nuestra primera reacción ante lo nuevo y lo diferente es el rechazo y el miedo. Nos estamos perdiendo de un intercambio cultural”.
La mujer plasmó su sentir al escribir la historia de la obra teatral Cosas pequeñas y extraordinarias, que fue presentada en el Teatro del Estado Ignacio de la Llave, el pasado sábado 21 de septiembre.
Lo anterior, con el objetivo de sensibilizar a la población sobre el fenómeno migratorio y combatir la discriminación.
La obra fue producida por el Proyecto Perla, en coordinación con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) y el Sistema de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (Sipinna).
En ella se cuenta la historia de Emma, una niña de ocho años, cuyos padres son periodistas y su tío, fotorreportero.
Sin embargo, el fotoperiodista es reportado como desaparecido por una situación violenta y, por ello, la familia decide huir hacia otro país para poder vivir seguros.
Se trata de un caso de migración forzada, desde la experiencia de una niña, a quien es arrancado su entorno, su cotidianidad, su familia, sus amigos y hasta de su idioma.