Concentra la entidad gran cantidad de menores en condiciones de marginación.
Rafael Meléndez Terán
Xalapa
El mayor porcentaje de niños y adolescentes que viven en condiciones de pobreza se encuentra ubicado en la zona sur-sureste del país, incluyendo a la entidad veracruzana, alertó el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
En un informe de pobreza infantil y adolescente realizado en conjunto con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés) se destaca que a nivel nacional en 226 municipios se concentran la mitad de las niñas, niños y adolescentes en situación de pobreza extrema, de los cuales 160 se localizan en Chiapas, Estado de México, Guerrero, Michoacán, Oaxaca y Veracruz.
Estima el Consejo que existen disparidades al analizar la distribución de la pobreza por regiones del país, por ejemplo, señala, en 2016, el 68.9% de la población de 0 a 17 años que habitaba en la región sureste estaba en situación de pobreza.
El estudio establece que la zona de la Huasteca Baja y de las Altas Montañas es donde se encuentran los municipios con más del 95% de su población de niñas, niños y adolescentes en situación de pobreza.
Con lo que se comprueba que las localidades con porcentajes de pobreza extrema mayores al 50% de dicha población se concentran principalmente en zonas rurales y de difícil acceso
Otro dato que revela el diagnóstico es que la pobreza ha aumentado en niñas, niños y adolescentes indígenas, en tanto que en los no indígenas, ha disminuido.
Las carencias que se consideran en la medición de la pobreza multidimensional del Coneval incluyen educación, acceso a salud, acceso a la seguridad social, acceso a la alimentación, acceso a servicios básicos y calidad de las viviendas.
La principal carencia de la niñez y adolescencia es la seguridad social, ya que el 60.8% no tiene acceso a este rubro, lo cual es superior al registrado para el resto de la población (55.8%).
Otra es el acceso a una alimentación sana y nutritiva y el no padecer hambre, además de la provisión de servicios públicos como agua potable, drenaje y energía eléctrica en la vivienda; por ejemplo, en 2016, el 23.3% de niñas, niños y adolescentes carecían de acceso a la alimentación y el 22.7%, a servicios básicos de la vivienda.
Dato importante es que observa que los porcentajes de las carencias sociales de los niños y niñas son también mayores en comparación con el total de la población, con excepción del rezago educativo y del acceso a los servicios de salud.
Finalmente en cuanto a la alimentación, la primera infancia presenta una carencia de 21.7%; mientras que los niños y niñas de 6 a 11 años, de 23.7%, y los adolescentes, 24.1%
Si bien la primera infancia presenta un porcentaje menor entre los tres grupos de edad, es el grupo más afectado, ya que la ausencia de una buena alimentación en esta etapa puede causar rezagos físicos y mentales que afectarían a un niño o niña durante toda su vida; por ende, es de suma importancia atender en forma prioritaria dicha carencia.