Juan David Castilla. Xalapa, Ver. El expolicía Roberto González Ramírez perdió la pierna derecha por omisiones de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP). Arturo Bermúdez Zurita estaba al frente de la corporación.
El excomandante de la Policía Intermunicipal de Poza Rica, Tihuatlán y Coatzintla fue despedido injustificadamente junto con otros 350 elementos, el 1 de julio de 2015.
Sin argumentos válidos y las denuncias penales correspondientes en su contra, Bermúdez Zurita los acusó de tener nexos con la delincuencia organizada.
Sus derechos laborales habían sido pisoteados por el “capitán tormenta” y otros altos mandos de la corporación.
Desde el lunes 13 de noviembre, González Ramírez, mejor conocido como “El Panther”, inició una huelga de hambre frente a Palacio de Gobierno, junto con otros 50 expolicías para exigir justicia.
Dos botellas de suero se observan en el costado derecho de su silla, donde pernoctó para ser escuchado por el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, quien en campaña se comprometió a atender sus demandas.
“El Panther”, apodado así el por el entrenamiento que recibió por parte del luchador mexicano “Blue Panther”, tiene tres hijas que continúan sus estudios: una en la universidad, otra en educación especial por síndrome de down y otra en primaria.
Èl no quería quedarse sin empleo para seguir apoyándolas y no dejar sola a su esposa con esa responsabilidad.
Bermúdez Zurita lanzó una sentencia. Si deseaban continuar en la corporación debían someterse a un adiestramiento especial.
Roberto quedaría a cargo de la Secretaría de Marina, Armada de México (Semar) y sería traslado a la Ciudad de México; sin embargo, sin previo aviso, lo llevaron a Cuernavaca, Morelos, a una localidad denominada: “El Capulín”.
Fue sometido a entrenamiento forzado, donde era explotado físicamente y carecía de atención médica.
“Para mí supervivencia, porque no teníamos servicios dignos para el adiestramiento: baño, agua, alimentación, dormitorios, no teníamos nada de eso. Caray, fue una cosa horrible”.
Después de 15 días, les dieron agua limpia pata que pudieran bañarse. Su dedo gordo del pie derecho ya estaba infectado.
La Marina no se hizo responsable, pese a que el elemento ya no podía ni caminar.
“Soy diabético, entonces qué pasa, a los diez días mi dedo empieza a supurar. Tenía calentura, estaba en cama, me dijeron que si quería solución a mi salud, que firmara, era una hija en blanco y era mi baja”.
Lo trasladaron al municipio de Emiliano Zapata. Lo encerraron varios días en La Academia de Policía de El Lencero, sin atención médica, ni medicinas.
Después lo llevaron al cuartel San José, donde estuvo otros días en las mismas condiciones y fue visitado por el mayor Nava, subsecretario de la SSP.
“Me amenazó, me dijo que yo era del crimen organizado y por eso estaba así. Le dije que por qué no procedía y ponía una denuncia, le dije que me pusiera a disposición”.
Pasó una semana para que pudiera tener accesos a servicial de salud en la clínica 11 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en Xalapa.
La infección había avanzado. Le amputaron el dedo.
“Llegó el mayor Nava a burlarse, le dijeron al médico cirujano que yo era diabético, que no se podía hacer nada y el mal había corrido de forma inmediata”.
Por ello, le cortaron la pierna, arriba de la rodilla.
PROMESAS INCUMPLIDAS
“El Panther” y sus compañeros habían sido víctimas de vejaciones y agresiones físicas por parte del “capitán tormenta”, quien los cacheteaba en público con toda prepotencia.
Además, los hizo formar una hoja en blanco, que correspondía a su renuncia.
“A raíz de ese despido injustificado se elaboró una demanda laboral en el Tribunal Contencioso Administrativo con sede en Tuxpan”.
En campaña, los afectados externaron su situación con Yunes Linares, quien aquella ocasión iba acompañado de José Kirsch Sánchez y Leonardo Naro Amador, ahora diputados locales.
“Se les expuso la situación y nos dijeron que le brindáramos el apoyo tanto del voto de nosotros como de nuestra familia y ellos llegando al Poder verían nuestra situación. Incluso, Yunes Linares, designó a un abogado para que nos apoyara en nuestras demandas, porque ya estaban en litigio”.
Abdiel Monroy fue designado por él ahora Gobernador para asesorarlos; sin embargo, todo se perdió.
“Desconocemos de qué manera se perdieron todas (las demandas). No tuvimos audiencia, no supimos de las citas, no supimos del derecho del amparo, no supimos de las resoluciones, no supimos cuando fenecieron, esas demandas estuvieron viciadas, ahora sabemos que Monroy es muy amigo de Yunes, en fotos aparecen juntos”.
El mandataria estatal prometió juicios para los policías que laboraron por más de 20 años y ni siquiera fueron liquidados.
“Yunes Linares nos dijo que todo lo que se nos había robado se nos iba a devolver porque era nuestro patrimonio, de nuestros hijos, de nuestra familia, hace exactamente un año tomamos el Palacio de Gobierno”, apuntó Roberto González.