Ciudad de México. Miembros de la comunidad lésbico, gay, bisexual, transexual, travesti, transgénero e intersexual (LGBTTTI), jóvenes, estudiantes, "foráneos", y trabajadores "freelancer" son grupos que sufren discriminación al momento de querer rentar un inmueble, de acuerdo con un estudio realizado por DadaRoom.com, plataforma que en América Latina promueve que las personas compartan departamento.
"Acceder a un departamento o una casa resulta más complejo para ciertos sectores de la población que, independientemente de su nivel de ingresos, son vulnerables al momento de buscar alojamiento por factores como su preferencia sexual o el hecho de no ser originarios de la ciudad donde viven", puede leerse en la presentación de la investigación.
Migración
DadaRoom destaca que alrededor del 7 % de la población mexicana ha migrado dentro del territorio nacional y que son los jóvenes de entre 20 y 35 años quienes más cambian de ciudad de estado. El primer obstáculo al que se enfrenta este grupo es encontrar dónde vivir.
"Requisitos como un aval con propiedad dentro de la ciudad, historial crediticio, referencias personales y laborales, comprobantes de ingresos, etc. son los que más dificultan el acceso a una vivienda renta para foráneos, sean nacionales o extranjeros. Dentro de este grupo, los estudiantes presentan más inconvenientes para conseguir alojamiento, ya que a la falta de documentos se suma su bajo nivel de ingresos", detalla DadaRoom.
De acuerdo con los datos de la última Encuesta Nacional sobre Discriminación en México, 27 % de los ciudadanos consultados confesaron que no permitirían que en su casa vivan extranjeros.
El estudio de la plataforma advierte que los "foráneos" son víctimas de abusos, ya que los arrendatarios les piden varias rentas por adelantado o depósitos debido a la supuesta falta de confiabilidad.
"Freelance" y estudiantes
Otro sector afectado son los trabajadores "freelance" o trabajadores independientes, quienes no tienen un ingreso constante. Lo mismo pasa con los jóvenes que se preparan en escuelas.
“A la hora de elegir un inquilino, los clichés y estereotipos persisten; para muchos propietarios un estudiante es sinónimo de fiesta y falta de solvencia, mientras que un 'freelancer' significa inestabilidad financiera. Además, muchas veces no pueden cumplir con los tediosos procesos de investigación de antecedentes crediticios que requieren los corredores", comentó Antoine Pérouze, director de Dada Room.
Comunidad LGBTTTI
Aunque existen diversas políticas públicas que promueven la inclusión de la comunidad LGBTTTI, al que, se estima, pertenece 3.6 % de la población joven, datos del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) indican que 7 de cada 10 personas están totalmente de acuerdo en que no se respetan los derechos de las personas homosexuales en México.
Por ejemplo, 4 de cada 10 personas no están dispuestas a vivir en la misma casa que personas homosexuales.
La youtuber transgénero Ophelia Pastrana advierte que aunque la situación ha evolucionado positivamente para su comunidad en los últimos años, aún existe un problema de alojamiento para este sector: "Para empezar, en la comunidad LGBTTTI hay mucha gente que la corren de sus casas, no siempre tienen un ingreso fijo y se ven ante la situación de no tener ni dónde vivir".
La comunidad LGBTTI sufre discriminación laboral, la cual se refleja en el tema de la vivienda, considera Pastrana: "Por falta de recursos económicos o estabilidad laboral son mucho más vulnerables para cumplir con los requisitos de las inmobiliarias o los dueños".
¿Y la ley?
“A nivel legal, una persona no se puede reservar el derecho de rentar a una persona por motivos de sexo, raza o condición socioeconómica, ya que la discriminación está prohibida en todos los órdenes de gobierno. Para empezar, el artículo 1º de la Constitución establece que está prohibido discriminar por cualquier motivo, por lo que toda actividad, ya sea particular o pública, debe sujetarse a esta norma general”, señaló Bernardo Tamez, abogado del despacho Legal Mind.
“Aunado a lo anterior, existen dos principales leyes federales: la Ley Federal de Protección al Consumidor que prohíbe la discriminación por parte de proveedores de cualquier servicio, bien o producto y la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación, que establece al Conapred para revisar instancias de discriminación tanto por parte de particulares como de autoridades”, explica el especialista.
Fuente: El universal