Coatzacoalcos, Ver.- A sus escasos 22 años, José Luis Romero Cabrera es uno de los sobrevivientes a la explosión registrada el pasado 20 de abril en la planta Clorados III.
“El tiko”, como es conocido en la congregación de Mundo Nuevo, sufrió un cambio radical en su vida, sobre todo por las limitaciones físicas con las que quedó, pues ahora ya no puede trabajar como antes.
“Mis manos no me sirven muy bien y en mi pierna derecha no tengo la movilidad adecuada. Yo quisiera trabajar, pero probablemente con rehabilitación”, relata.
En entrevista, el joven lamentó las muertes luego del siniestro ocurrido hace un año, pues muchos de los fallecidos eran sus amigos.
Sin embargo, su esposa e hijos le han ayudado a salir adelante así como la Fundación Te Queremos Ayudar, que apoya a personas con quemaduras, pues la pensión que recibió luego de la explosión no es muy alta.
“Mi esposa me ayuda y ahí ando, ayudándole a un compañero que tiene unos talleres, ahí la llevo”, manifestó.
José Luis Romero no recuerda mucho de la explosión, ni siquiera que logró salir a pie y con todo y las quemaduras en casi todo el cuerpo pedía ayuda para los trabajadores de la planta, como fue documentado por los medios de comunicación que dieron cobertura a la tragedia.
Y aunque ya no puede trabajar ni realizar las mismas actividades que hace un año, el tiko se siente agradecido con Dios por haberle dado una segunda oportunidad y trata de llevar una vida normal.
Fuente: AVC