26 de Noviembre de 2024
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Se pierde tradición tamalera por crisis

 

Juan David Castilla. Xalapa, Ver. Lucía Bilis elabora y comercializa  tamales desde hace 22 años para los festejos de la Virgen de la Candelaria. Este 2017, le llovieron reclamos de la clientela, porque no cumplió esa tarea. 

Año tras año, los había comercializado en su puesto de comida improvisado y montado diariamente en un edificio del centro de Xalapa, localizado a un costado de la Catedral Metropolitana. 

La mujer de unos 40 años porta un mandil a cuadros azules y blancos que la caracteriza. Viaja todos los días del municipio de Xico, su lugar de origen, a la capital del estado, para vender la comida que prepara junto con sus familiares. 

En Xalapa es conocida por empleados administrativos de gobierno, policías, agentes de tránsito y hasta reporteros, quienes desayunan frecuentemente en el lugar. 

Este 2 de febrero, entre sus morrales de comida no había tamales rancheros, esos con salsa roja y carne de cerdo o pollo envueltos en hoja de plátano, que son tan demandados por la gente. 

Los precios de la masa, carne, jitomate, chile, manteca, hojas y el gas, para su preparación, han incrementado de manera "excesiva" durante los últimos diez años.

Lucía invierte más de 250 pesos en la elaboración de 40 tamales rancheros para una familia de seis integrantes. 

La elaboración del platillo tradicional se ha complicado por los costos que representa y las irregularidades detectado en la compra-venta de la masa requerida.

"La masa en Xico está a diez pesos, el kilogramo, no entiendo por qué en Xalapa el kilo es más pequeño. Para los 40 tamales tienen que ser mínimo dos kilogramos de masa", comenta. 

Ella vende cada tamal a seis pesos. Este año no se animó a prepararlos porque, a su juicio, mucha gente prefiere conservar el

dinero que invertiría en tamales, para comer frijoles, salsa y tortillas, al menos durante cuatro días.