Agencias. Acayucan, Ver. Las colchonetas de emergencias cubren el piso del Auditorio del DIF de Acayucan donde media centena de migrantes haitianos y africanos tendrán que dormir los siguientes días mientras resuelven su situación migratoria.
Su vida se ha convertido en un continuo migrar, pero ese viaje se vio interrumpido por un accidente del camión que pagaron para que los llevara desde Chiapas hasta Tijuana, el último sitio al que pretendían llegar antes de cruzar la frontera estadounidense, su gran sueño.
Entre ellos se apoyan para dar las curaciones de los que resultaron heridos, dar de comida a los niños y escoger las mejores prendas de las donaciones que llegaron por parte de diversas corporaciones. Aunque en un inicio las familias no se conocían entre sí, los largos viajes los han visto forzados a convivir como una sola familia.
Todos tienen algo en común: la necesidad de dejar su país de origen debido a la difícil situación que viven allí.
“Molto mal”, es la forma común en la que definen la situación que se vive en Haití, en su mezcla de español- portugués- francés, que les ha dejado los diversos países que han recorrido.
En algunos casos la migración lleva un par de meses, pero en otros se ha extendido por años.
En la misma situación se encuentran los tres originarios de Senegal que viajaban en el autobús accidentado, a quienes la situación política los obligó a salir de su país y buscar mejores destinos para vivir en paz, según cuenta uno de los migrantes.
A México ingresaron hace tan solo unos días, por Tapachula donde se juntaron todos y rentaron un camión que les cobró entre mil y mil 500 pesos por persona para llevarlos a Tijuana. Sin embargo, en la carretera Coatzacoalcos- Tinaja un accidente los detuvo dejando un muerto y varios heridos.
Entre los migrantes dicen que el chofer era de edad avanzada lo que provocó que al amanecer comenzara a quedarse dormido, que combinado con el exceso de velocidad, generó el accidente.
El choque tomó a muchos por sorpresa, dormidos, cuenta Eztra, uno de los lesionados, quien pese a la pérdida, el susto y las lesiones menores que tiene en el cuerpo, su mayor preocupación es continuar su camino hacia el país del norte.
“La vida es difícil, la vida no es fácil, yo solo busco un lugar para vivir”, relató.
Dijo que por el momento desconocen lo que sucederá con ellos, aunque guardan la esperanza de que las autoridades les ayuden a pagar el pasaje pero señaló que en el caso de algunos de sus acompañantes prefieren buscar alojamiento en México hasta obtener dinero para seguir viajando.
“Necesitar porque bastante personas no traen dinero para pagar pasaje”, indicó.
Las luces se apagan en el albergue improvisado, cada uno busca su colchoneta para dormir y recuperar fuerzas anhelando continuar el viaje lo antes posible.
Fuente: AVC