Juan David Castilla. Xalapa, Ver. El olvido de Dios y el nacimiento de su hijo trae los signos de la muerte como las injusticias, el asesinato, el secuestro, el robo y otros, alertó el vocero de la Arquidiócesis de Xalapa, José Manuel Suazo Reyes.
Al recordar que la Navidad representa el nacimiento del hijo de Dios, "El Salvador", el Sacerdote destacó que cuando se cierran las puertas a Dios se le abren a los ídolos que reclaman sacrificios humanos muy costosos.
"Esta dramática situación es también una realidad actual cuando hoy se desea vivir al margen de Dios o vivir como si Dios no existiera. Esta es una tentación continua en el ser humano: el olvido de Dios o la negación de lo trascendente. Cuando el ser humano adopta esta conducta lamentablemente aparecen los antivalores del reino de Dios sobre todo aquellos que destruyen a las mismas personas", se lee en el comunicado dominical, número 138.
El Director de la Oficina de Comunicación Social de la Arquidiócesis de Xalapa destacó que desde el punto de vista teológico, la Navidad es lo mismo que el misterio de la Encarnación del Hijo de Dios.
"Al referirse a él, el evangelista San Juan identifica al Hijo de Dios con el verbo eterno del Padre, la Palabra creadora del mundo que ha puesto su morada en medio de nosotros: EL verbo se hizo carne y puso su morada entre nosotros, y hemos visto su gloria, (Jn 1, 14) El verbo es Dios eterno, es la luz que ilumina a todo hombre y la vida verdadera".
Suazo Reyes comentó que la alegría de la Navidad se expresa en los cánticos, las luces de múltiples colores, los buenos deseos de paz, alegría y felicidad y las reuniones de familia o convivencia de amigos.
"Los que están lejos regresan a sus lugares de origen para estar con sus familiares y los que no pueden hacerlo buscan mostrar su cercanía de muchas maneras. Todas estas expresiones de júbilo se originan en el acontecimiento de la NAVIDAD, el nacimiento del Hijo de Dios. Resuena en todos los rincones de la tierra aquel hermoso e inédito mensaje que proclamó por vez primera el arcángel Gabriel a los pastorcillos: ¡HOY, EN LA CIUDAD DE DAVID, HA NACIDO UN SALVADOR, QUE ES EL MESÍAS, EL SEÑOR! (Lc 2, 11). Se trata del nacimiento de Jesús, centro de las fiestas de Navidad".
El Padre detalló que en esta navidad, en muchos hogares cristianos, en los templos católicos y en algunas plazas públicas se encuentra el Portal de Belén.
"Esta hermosa tradición inaugurada por San Francisco de Asís representa en forma didáctica las verdades de fe sobre el nacimiento de Jesús. El misterio de la Encarnación está ahí muy bien representado. En el centro se encuentra la imagen del niño Dios. Todas las miradas se concentran en él especialmente la de San José, la virgen María y el ángel Gabriel; por otra parte todos los personajes representados se dirigen hacia Jesús: los pastores y los magos de oriente que caminan con sus regalos para adorar al recién nacido", remató.