Naldy Rodríguez. Xalapa, Ver. Con 42 años de edad y 34 kilogramos menos de peso, a 48 días de terminar su mandato, Javier Duarte de Ochoa solicitó licencia al Congreso de Veracruz para separarse del cargo. Lo hace en medio de un vendaval político, financiero y de inseguridad.
Padre de tres hijos y 15 años de casado con Karime Aguilera Guzmán, el doctor en Economía por la Universidad Complutense de Madrid tuvo un rápido ascenso en su carrera profesional y política al lado del ex gobernador Fidel Herrera Beltrán.
Su madre es María Cecilia de Ochoa Guasti, ama de casa, y su padre fue Javier Duarte Franco, quien murió en el sismo de 1985 en la Ciudad de México. Este suceso habría de marcarlo en su vida personal, han asegurado sus allegados.
Con Herrera Beltrán se desempeñó como su secretario Particular y después como Secretario Técnico de la Comisión de Estudios Legislativos en la LVIII y LIX Legislaturas del Senado de la República.
Ya como gobernador, el actual cónsul de México en Barcelona lo nombró Subsecretario de Finanzas, luego lo hizo titular de esa dependencia, para después postularlo como diputado federal.
Su padrino político lo impulsó también como candidato a la gubernatura de Veracruz y con un millón 356 mil votos, la más alta votación en la historia, se convirtió en mandatario estatal el 1 de diciembre de 2010. Tomó protesta en medio de una fiesta, donde predominaba el color rojo y ante la mirada complaciente de su tutor.
Al arrancar el último año de su gobierno, Javier Duarte se dijo preparado para dejar el cargo y con la madurez para “aceptar el ocaso del patriarca” como él mismo lo definió.
Pensando en sus planes para el retiro, aseguraba que no ocuparía otro cargo público y que le gustaría dedicarse a la docencia y a compensar el tiempo que no había estado con la familia.
A algo más aspiraba, según sus propias palabras: “a no estorbarle a su sucesor”. Ahora con la solicitud de licencia para dejar la gubernatura de Veracruz, se convierte en el segundo mandatario estatal en hacerlo derivado de conflictos políticos. El primero fue Heriberto Jara Corona, en 1945, quien no llegó a terminar su periodo por pleitos con Adalberto Tejeda y el presidente Plutarco Elías Calles.
En diciembre del año pasado, Javier Duarte aseguraba que por su vocación de economista seguía la teoría de los decrecientes (principio fundamental de la economía), en la que en base al tiempo la curva de la producción, llega a su conclusión.
“Me siento con el ánimo y con la madurez también de aceptar el ocaso del patriarca”, dijo.
Hoy el gobernador con licencia asegura que tuvo que separarse del cargo por congruencia y honorabilidad, para dedicar tiempo y atención para limpiar su nombre ante la opinión pública y aclarar las denuncias ante las instituciones de procuración de justicia.