Naldy Rodríguez. Xalapa, Ver. La migración que pasa por México y Veracruz no ha decrecido y siguen las violaciones a los derechos humanos de hombres y mujeres procedentes principalmente de Honduras, El Salvador y Guatemala.
El párroco de Amatlán, Julián Verónica, advierte que se trata de una situación alarmante pues son miles de personas que cruzan por la entidad y que son víctimas de delitos, robo, extorsiones, lesiones, detenciones arbitrarias y abuso sexual, entre otras vejaciones.
Al participar en el Coloquio “Veracruz: Crisis, alternancia y resistencias”, dio a conocer que en un solo año (en 2015), 200 mil personas pasaron por el comedor de Río blanco.
“No pasan en el tren, pero si en taxi, en tráiler…Temen vivir bajo la zosobra de ser víctimas del crimen organizado, temen que los agredan, violen o mal vean o hasta que los maten o desaparezcan. Y esto ha sucedido mucho en este caminar”, declaró.
En ese registro que llevan, se contó a mil 768 personas que señalaron haber sido víctimas de delito en México y los estados más peligrosos son: Veracruz, Chiapas y Oaxaca.
“El miedo, la corrupción, la inseguridad, la falta de respuestas de las autoridades hace que los delitos cometidos en contra de las personas migrantes casi no se conozcan o registren, pero no significa que no sucedan”, alertó.
El padre, quien se ha dedicado a dar comida y medicina a los migrantes, explicó que las mujeres, niñas y adolescentes, son las más vulnerables porque son vistas como objeto de cambio para la delincuencia que las capta con fines de explotación sexual. “Son sometidas de manera permanente”, lamentó.
Dijo que es una realidad que mujeres y hombres se convierten en botín de grupos delincuenciales en disputa, en su intento personal por cambiar un estilo de vida y mentalidad; pero también son blanco fácil de algunos funcionarios y servidores públicos que los extorsionan.
“Para el 2015, se tiene el reporte que los agentes que más violan los derechos mencionados fueron la Policía Federal y municipal. Los delitos cometidos por autoridades creció un 20 por ciento”, señaló.
Por parte del estado mexicano, añadió, los pocos avances y casos que se atienden son por presiones muy directas de las organizaciones sociales.
Del trabajo que realizan, Julián Verónica dijo que con el paso del tren, dan de comer a los migrantes, medicinas y un abrazo, además –en algunos casos- acompañamientos con la ley y espacios laborales para que sigan su camino.