Los servidores públicos de Bélgica paralizaron al país con una huelga general en contra del gobierno federal de centro-derecha.
“Mientras el gobierno mantenga su política actual, continuaremos con las acciones. Y para que termine la política del gobierno, éste tiene que irse“, afirmó Michel Meyer, presidente federal del sindicato Central General de Servidores Públicos (CGSP).
“Si hace falta, toda la función pública se movilizará para hacer ceder el gobierno“, amenazó, en declaraciones a la prensa local.
Los sindicalistas se quejan de los recortes en los servicios públicos y la actitud del gobierno federal, que consideran poco conciliadora.
La huelga causó la paralización casi total de los transportes públicos y 291 kilómetros de embotellamientos en la pico de la mañana.
En el caso de los trenes, se trata del cuarto día hábil de paralización de los servicios.
Los funcionarios de la compañía nacional (SNCB) se declararon en huelga el miércoles pasado en protesta contra la supresión de días de vacaciones para compensar las horas extras prestadas.
Este martes también el tráfico en los aeropuertos ha sido perjudicado, visto que los controladores aéreos se sumaron a la huelga, así como los funcionarios de las administraciones públicas locales y regionales.
También están paralizados los servicios de correos y de recolección de basura.
Un grupo de agentes penitenciarios, que lleva más de un mes en huelga por mejores condiciones de trabajo, bloqueó esta mañana el acceso al puerto petrolero de Wandre, al este del país.
También la red de radio y televisión pública modificó su programación en apoyo a la huelga.
Por otra parte, los sindicatos de profesores no llamaron a participar en el movimiento por respecto a los alumnos, que se encuentran ya en período de exámenes, y los hospitales se comprometieron con asegurar el servicio mínimo.