Una serie de bombardeos y cañoneos mataron a más de 60 personas en menos de 24 horas en la ciudad siria de Alepo, informaron activistas y observadores internacionales.
La disputada ciudad se ha convertido en uno de los campos de batalla más brutales en la guerra civil, en medio de una tregua hecha trizas y unas conversaciones de paz en Ginebra que han quedado estancadas.
Por lo menos 27 personas murieron en el bombardeo que alcanzó a un hospital y a los edificios adyacentes en la noche en la zona rebelde de Alepo. El hospital es patrocinado por Médicos Sin Fronteras (MSF) y el Comité Internacional de la Cruz Roja.
Al mismo tiempo el enviado de Naciones Unidas para Siria pidió ayuda a Estados Unidos y Rusia para reactivar las conversaciones de paz y el alto el fuego que "pende de un hilo".