Los habitantes de la zona cercana al complejo petroquímico de Pajaritos enfrentarán efectos crónicos en su salud debido a la exposición constante a accidentes relacionados con las actividades de Petróleos Mexicanos (Pemex) y Mexichem, señaló la profesora de la Facultad de Ingeniería Química de la Universidad Veracruzana (UV), María Teresa Leal Ascencio.
En entrevista, indicó que esto se debe a la cantidad de accidentes que se registran en esta zona, tanto los que son reportados como los que no, pues lamentó que la empresa no informe sobre la frecuencia con que ocurren estas fugas, explosiones o en general accidentes al interior del complejo.
Por ello, advirtió que la gente que tiene viviendas o comercios en la zona resentirá efectos de la contaminación crónica del ambiente y del río Coatzacoalcos, que por décadas ha estado sometido a contaminación.
Dijo que hay accidentes a muy diversas horas y la gente no tiene manera de enterarse, por lo que consideró que ni Pemex, y mucho menos el Gobierno debe ser “tapadera de nadie”.
La investigadora aseguró que estos efectos se podrán observar con el tiempo en todos los organismos vivos que están expuestos a esta contaminación, y que sus efectos no únicamente incluyen la muerte del ser vivo.
Explicó que las consecuencias de estos accidentes pueden acarrear la aparición de seres vivos, como animales, deformes, de menor tamaño, y que esto también se traduzca en menor abundancia de organismos.
Consideró que sobre lo ocurrido esta semana en la planta de Clorados III es algo que ocurre con frecuencia, ya sea por fugas, incendios o cualquier otro incidente y que no es reportado, por lo que insistió en que la autoridad debe informar sobre lo que ocurre.
“Adolecemos de eso, porque no hay claridad respecto a la cantidad de fallecidos, no se trate de ocultar la realidad. Estamos suficiente grandes para conocerla. Hay gente que seguirá buscando a sus familiares pensando en que está ahí adentro. Pemex salido a declarar, pero es Mexichem la que tiene que dar la cara”.
Leal Ascencio dijo que es imprescindible conocer si se contaban con las medidas de seguridad necesarias pues recordó que los trabajadores han señalado en reiteradas ocasiones que fueron evacuados en dos ocasiones ese mismo día por la fuga de cloro, que hasta ahora –dijo—no se ha desmentido.
Sobre las repercusiones en el medio ambiente, que pudiera generar la nube tóxica tras la explosión de la planta, la catedrática indicó que no se puede predecir los efectos o daños ya que hay una total opacidad sobre los elementos que ahí se usaban.
No obstante, indicó que a pesar de lo grave de esta la explosión que quitó la vida a al menos 24 trabajadores, las cantidades liberadas de químicos son relativamente pequeñas, por lo que se pueden diluir con lluvia o al llegar al mar.
Explicó que los efectos no pueden conocerse con exactitud ya que la misma información que se ha otorgado es contradictoria y no se ha dicho qué materiales se usaban, aunque se tiene la idea de que se trata de cloro, ácido clorhídrico, dicloroetileno, entre otros.
En el caso del ácido clorhídrico, precisó que, al tener contacto con el agua, alimentos o el aire, sus efectos son de reacción rápida y causan picazón en las vías respiratorias, por lo que si existiera su presencia aún en la atmósfera sería rápidamente identificable por su olor, más no por su color.
“El ácido clorhídrico o cloro, que es posible haya habido fuga, si cae sobre la comida causa daños anormales. Los daños son tan evidentes que impiden ingerirla porque es evidente. En el ambiente habría un decoloramiento de las hojas de los árboles”.
Por cuanto hace a los demás elementos, opinó que son sustancias muy reactivas y por lo tanto su tiempo de vida es corto, por lo que consideró que si se liberaron pudieran haber disipado sin mayor daño.
Sobre las aguas usadas para combatir el incendio y la posible existencia de líquidos lixiviados, indicó que al caer en el río fueron seguramente arrastrados al mar y “ciertamente debió haber escurrimiento de ácido, pero si no se observaban peces muertos, algas a la deriva y decoloradas, secándose, quiere decir que la dilución fue suficiente para amortiguar el daño”.