La Unión Europea afirmó que el número de refugiados que ingresó al continente por Grecia disminuyó 80 por ciento tras el acuerdo de deportación alcanzado con Turquía en marzo pasado, sin embargo la Organización Mundial para las Migraciones (OIM) señaló que, mientras el número de llegadas al país helénico disminuyó, en Roma incrementó.
Las cifras que reportó Bruselas indican que en las tres semanas previas al acuerdo con Ankara 28 mil 878 migrantes habían llegado a las islas griegas, mientras que en las tres semanas que siguieron a la firma sólo fueron cinco mil 874, pero el informe de la OIM reveló que hasta el 17 de abril las autoridades fronterizas registraron 469 arribos a Grecia y 4 mil 651 a Italia, lo cual supone un incremento de 173 por ciento.
Cerca de 9 mil 127 desplazados lograron entrar de manera ilegal al continente utilizando vías alternas a Grecia.
Según la OIM, otros 304 exiliados llegaron por tierra a Bulgaria, 3 a Serbia y 829 a Hungría y por lo menos mil 232 personas han muerto ahogados. En marzo pasado Bruselas acordó con Ankara la repatriación de 50 mil inmigrantes varados en Grecia.
Por cada deportado la UE aceptaría la solicitud de asilo de un sirio, que sería trasladado directamente desde Turquía.
Aunque la ONG no ha logrado establecer una relación causa-efecto, los indicadores apuntan a que la ola migratoria no se detuvo. Por el contrario, los migrantes buscaron nuevas maneras de desplazarse a la UE sin arriesgarse a la deportación.
Una de las rutas más transitadas por los solicitantes es la que conecta a Libia con Italia a través del Mediterráneo. Las costas libias al igual que las de Turquía se han convertido en un punto de fuga peligroso.
Los inmigrantes no sólo se exponen a la probabilidad de ser extorsionados por los traficantes de personas. Existe un riesgo elevado de que las precarias embarcaciones en las que son transportados no resistan los cerca de 113 kilómetros que separan las costas de África y Europa.
El martes pasado Naciones Unidas confirmó que en el último naufragio ocurrido en esa zona murieron cerca de 500 personas, la mayoría de origen africano.
Se trató de una de las peores tragedias marítimas registradas en el Mediterráneo desde que estalló la crisis en abril del año pasado.
La mayor parte de las personas que viajan de manera ilegal a Europa son desplazados de la guerra en Siria, afganos e iraquíes. Para ellos la posibilidad de recibir el estatus de refugiado es de 80 por ciento. La política de asilo de la Unión Europea considera que sus países no son seguros y que sus vidas corren peligro.
Sin embargo,paralos nigerianos, somalíes, sudaneses, eritreos y marroquíes que migran por razones económicas y por los permanentes conflictos armados que bordean la periferia africana la posibilidad de ser recibidos legalmente en el Viejo Continente es prácticamente nula.