El 61 por ciento de brasileños está de acuerdo con que la presidenta Dilma Rousseff sea juzgada por presuntas irregularidades en el manejo de la contabilidad pública, informó una encuesta de la empresa Datafolha.
En la misma línea el 58 por ciento de ciudadanos se pronunció a favor de que el vicepresidente Michel Temer, sea depuesto de su cargo por la investigación en curso que existe en su contra. El número dos del gobierno e impulsor del juicio contra la mandataria está involucrado en una investigación por corrupción. Ambos políticos enfrentan una fuerte presión para que renuncien al cargo.
En ese sentido el 79 por ciento aseguró estar a favor de que se convoque a nuevas elecciones, si durante el proceso los más altos cargos del gobierno resultan culpables.
En un estudio anterior, realizado en marzo pasado el 69 por ciento aseguró que estaba de acuerdo con el proceso de impeachment (juicio político). La nueva encuesta reveló una caída de siete puntos porcentuales en la aprobación del proceso y da los primeros signos de una nación polarizada políticamente.
El expresidente Luis Inácio da Silva, con 21 por ciento del apoyo, y la ecologista Marina Silva, con 17 por ciento, son los favoritos para ganar una elección presidencial. El 40 por ciento considera que Lula es el mejor presidente en la historia de Brasil.
La esfera política del país sudamericano enfrenta una grave crisis de credibilidad luego de que se diera a conocer un desfalco millonario de más de 30 mil millones de dólares en la empresa petrolera Petrobras.
El escándalo de corrupción y tráfico de influencia involucró a varios miembros del Partido de los Trabajadores (PT), formación a la que pertenecen Dilma y Lula.