El Papa Francisco imploró a Dios que detenga la mano de los violentos, que siembran terror y muerte, al referirse al atentado terrorista que ensangrentó la víspera a Pakistán.
Por tercera ocasión en pocos días de Semana Santa, el Pontífice debió referirse a hechos de sangre y condenó de nuevo el terrorismo, durante el rezo del “Regina Coeli” (Reina del cielo) asomado a la ventana de su estudio personal en el Palacio Apostólico del Vaticano.
Primero fue por Bélgica, después por Irak y ahora por Pakistán. Jorge Mario Bergoglio de nuevo expresó su cercanía con las familias de las víctimas y pidió por los fallecidos, ante miles de personas congregadas en la Plaza de San Pedro.
“Ayer, en Pakistán central, la santa Pascua ha sido ensangrentada por un execrable atentado que ha provocado la matanza de tantas personas inocentes, la mayor parte de ellos familias de minoría cristiana, especialmente mujeres y niños, reunidas en un parque público para transcurrir con alegría la fiesta pascual”, dijo este mediodía.
Por lo anterior, lanzó un llamado a las autoridades civiles y a todos los componentes de aquella nación, para que cumplan todo esfuerzo para dar de nuevo seguridad y serenidad a las poblaciones y, en especial, a las minorías religiosas más vulnerables.
“Repito una vez más que la violencia y el odio homicida conducen solamente al dolor y a la destrucción; el respeto y la fraternidad son la única vía para alcanzar la paz”, dijo.
Invitó a todos a rezar por los muertos del atentado, por los familiares, por las minorías cristianas y étnicas de esa nación. Entonces inició el rezo de un “Ave María” en voz alta, al cual se sumaron los presentes.