El primer ministro de Grecia advirtió que un acuerdo internacional alcanzado el fin de semana entre Turquía y la Unión Europea para limitar el número de refugiados que viajan a Europa podría no ser implementado apropiadamente a menos que los traficantes en las costas griegas sean frenados.
Por su parte, el presidente de Turquía criticó a los países europeos porque criticaron el historial de derechos humanos y libertad de prensa del país y los acusó de no proteger los derechos de los refugiados.
Con el acuerdo migratorio que entró en vigor el sábado, las autoridades griegas detendrán a los nuevos refugiados que lleguen y los enviará a Turquía, la Unión Europea acomodará más refugiados directamente desde Turquía y acelerará la ayuda financiera para que ese país pueda hacerse cargo de 2,7 millones de refugiados sirios que viven en su territorio.
Sin embargo, este lunes ambas partes seguían trabajando en los detalles de cómo serían enviados de regreso los migrantes.
"Tenemos que hacer un enorme esfuerzo porque la implementación de este acuerdo no será un tema fácil", dijo el primer ministro griego Alexis Tsipras. Tsipras se reunió en Atenas con el comisario europeo de migración Dimitris Avramopoulos y pidió a la UE aumentar la presión a Turquía para frenar a los traficantes de personas.
Cifras del gobierno griego conocidas el lunes indicaron que la cantidad de migrantes varados en Grecia ha superado los 50 mil, sin cambios significativos en el número de llegadas diarias.
"Desafortunadamente, ayer hubo un importante número de arribos, unos mil 500", detalló Tsipras. "Si no ocurre una reducción, no podremos desalojar las islas exitosamente para que el acuerdo pueda comenzar a implementarse completamente", finalizó.