Ante el colapso que se vive en la frontera con Macedonia por el cierre de la denominada ruta balcánica, el Gobierno griego está buscando alojamientos provisionales, como ferris, para aumentar las capacidades de acogida y ralentizar la marcha de refugiados hacia el norte del país.
Tras el cierre de las fronteras el pasado domingo, miles de personas se han quedado atrapadas en varios puntos de Grecia, lo que ha saturado los centros de acogida temporal y ha llevado al Gobierno a desarrollar planes de contingencia, informó el ministro de la Marina Mercante, Theodoros Dritsas.
Se ha puesto en contacto con las compañías navieras y les ha pedido que durante los próximos tres a cuatro días llenen los ferris solo a la mitad de su capacidad para evitar llegadas masivas al ya abarrotado puerto del Pireo, cercano a Atenas.
Además, indicó que se han fletado tres buques que estarán atracados en Lesbos, Quíos y Samos -las que más llegadas reciben- para dar cabida durante el fin de semana a los refugiados que todavía no se han registrado en los centros de estas islas.
Otras 1.200 personas se encuentran en una estación de servicio situada a veinte kilómetros de la frontera.
Desde el campamento de Diavatá, cerca de Salónica, llegaron esta mañana al paso fronterizo cerca de medio millar de personas, muchas de ellas a pie o en taxis colectivos.
Ante esta aglomeración, ACNUR y diversas ONG están ampliando el numero de tiendas de campaña y de sacos de dormir disponibles, ya que el intenso frío y la bajada de las temperaturas han vuelto crítica la situación de este campamento.