El carnaval de Río de Janeiro comenzó y con él se espera dejar atrás el temor al zika y olvidar por un momento la recesión económica que ha sacudido al país en los últimos días.
Alrededor de cuatro millones de brasileños y más de un millón de turistas ya se encuentran sambando, sudando y bebiendo cerveza en la ciudad carioca, en donde lo único que debe preocuparles es conseguir más besos en la boca.
Los más de 40 grados de temperatura no preocupan a locales y visitantes, quienes gozan a todo volumen las "marchinhas" de carnaval.
Para el combate al zika, los lugares que recorrerá el festival fueron fumigados previamente, previniendo más contagios durante los días de celebración.