Durante el tiempo que estuvo oculto en la sierra, Joaquín El Chapo Guzmán decidió asignarle un nombre clave a la actriz Kate del Castillo, para no pronunciar el real y evitar así que las autoridades supieran que se comunicaba con ella.
Sin embargo, su plan fue descubierto. En principio, el líder del Cártel de Sinaloa la nombró con el indicativo de “Dama”. Tiempo después decidió cambiarlo por el de “Hermosa”.
Aun así, los agentes federales que le seguían la pista supieron que el capo y la actriz mantenían contacto de manera “regular”.
Autoridades del gabinete de seguridad nacional revelaron lo anterior y dieron a conocer que durante las indagatorias descubrieron además que Guzmán Loera regaló un teléfono celular a la actriz.
El aparato, le dijo, era exclusivamente para que pudieran tener comunicación entre ambos. No debía usarlo para hablar con nadie más. Esto, también fue descubierto por los investigadores.
EL CHAPO NO SE DEFENDIÓ. Dueño de lanzacohetes, rifles calibre 50 capaces de tirar helicópteros o perforar un tanque, lanzagranadas, centenares de armas largas y cortas, al final El Chapo Guzmán se quedó sólo con una pistola calibre 9 milímetros para defenderse y evitar su captura… y no la utilizó.
Y aunque un grupo de 35 sicarios leales a Guzmán recorrieron las carreteras de Sinaloa para tratar de rescatarlo, no lo lograron.
Su captura se concretó a las 9:15 horas del viernes en Los Mochis, Sinaloa. Específicamente en el kilómetro 198+100 del tramo Las Brisas-Los Mochis de la carretera 15.
Dos agentes de la Policía Federal a bordo de su patrulla vieron pasar frente a ellos un automóvil Ford Focus de color rojo.
Al volante iba un hombre con el cabello casi a rape, de barba y sin playera.
Los elementos tenían la orden de detener a cualquier vehículo que les pareciera sospechoso, pues a unos kilómetros de ahí miembros de la Secretaría de Marina acababan de enfrentarse con un grupo de sicarios del Cártel de Sinaloa.
Por eso los agentes le ordenaron parar.
Dentro del auto iban dos hombres. Los elementos no estaban seguros de quiénes eran, pero al ver aquella pistola en el asiento del auto sometieron al jefe de sicarios de El Chapo, Orso Iván Gastélum, alias El Cholo.
“El conductor desciende y a la vista se observa en el interior del auto un arma corta…”, se lee en un reporte entregado a la Procuraduría General de la República (PGR).
Según el relato de los elementos policiacos, “al revisar la parte trasera del vehículo, se localiza a Joaquín Guzmán Loera quien trata de descender del auto y amenazar a los elementos de seguridad, mismos que lo someten”.
Fue entonces que el capo les cuestionó a los elementos “¿Sí saben quién soy? ¿Saben a quién están deteniendo?”, indica el documento.
Los agentes lo reconocieron. Por eso de inmediato lo reportaron a sus superiores. Mientras recibía la noticia, el mando estatal supo que en la carretera había un grupo de 35 hombres fuertemente armados y circulando en diferentes unidades buscando a El Chapo para rescatarlo de los elementos policiacos.
Por eso dio la orden a sus elementos de refugiarse en un hotel de paso de nombre Doux.
Ahí se resguardaron en la penúltima de las habitaciones. Un cuarto sencillo en el que esperaron durante algunos minutos hasta que llegaron los refuerzos. La pistola que tenía El Chapo cuando iba en ese auto fue decomisada.
Penn: no tengo nada que ocultar
El actor estadounidense Sean Penn dijo que no se arrepiente de su viaje clandestino a México para entrevistar al capo mexicano Joaquín El Chapo Guzmán.
En un breve intercambio de correos electrónicos se le preguntó al histrión sobre las fotografías publicadas por la prensa mexicana, en las que parecen demostrar que había agentes siguiéndolos a él y a la actriz Kate del Castillo, antes de su encuentro con el capo en octubre.
Penn respondió: “No tengo nada que ocultar’’. El actor no explicó directamente a preguntas sobre si era apropiado que él ofreciera presentarle su artículo a El Chapo para que éste lo aprobara antes de su publicación o si él tomó medidas adecuadas de información y de seguridad operativa para proteger a su fuente.
Y al cuestionarle sobre los “muchos golpes” que le estaban llegando por esa forma de proceder respondió: “los golpes los está dando el texto”.
Tampoco habló claro sobre si adoptó las medidas de seguridad necesarias para proteger a su fuente.