En respuesta a la prueba nuclear con una bomba de hidrógeno anunciada por Pyongyang, Corea del Sur reanudará a partir de hoy la emisión de propaganda contra el régimen de Corea del Norte mediante altavoces a lo largo de la frontera común.
Las emisiones contra Pyongyang se reanudarán el mediodía del viernes a lo largo de la frontera fortificada con Corea de Norte, anunció este jueves el jefe adjunto de la oficina presidencial de seguridad nacional, Cho Tae-yong, de acuerdo con la agencia de noticias Yonhap.
“El cuarto ensayo nuclear norcoreano supone una grave violación al acuerdo alcanzado en agosto pasado entre las dos Coreas para aliviar la tensión y mejorar las relaciones”, denunció Cho.
El acuerdo, que incluyó la cancelación de las emisiones de propaganda mediante altavoces, fue logrado después de que las dos Coreas intercambiaron disparos de artillería, luego que Pyongyang reclamó el fin de esas transmisiones.
Antes de la reanudación de las emisiones, Corea del Sur declaró la alerta máxima en al menos 10 zonas fronterizas con su vecino de Norte donde están instalados los altavoces, indicó un funcionario del Ministerio de Defensa.
En desafío a la comunidad internacional, Corea del Norte anunció el miércoles que realizó con éxito su cuarta prueba nuclear y la primera en la que utilizaba una bomba de hidrógeno, mucho más potente que las atómicas que se lanzaron contra Hiroshima y Nagasaki en 1945.
Corea del Norte, que se proclamó potencia nuclear en 2005, ha realizado ensayos atómicos subterráneos en 2006, 2009 y 2013, provocando también entonces una serie de condenas por parte de la comunidad internacional.
Las dos Coreas permanecen técnicamente enfrentadas desde la Guerra de Corea (1950-53), que concluyó con un armisticio nunca reemplazado por un tratado de paz definitivo.
El régimen del líder supremo, Kim Jong-un, probó por primera vez una bomba termonuclear de hidrógeno mucho más potente que las que fueron lanzadas contra Hiroshima y Nagasaki en 1945.
No obstante, Seúl cuestionó la potencia del arma.
El servicio sismológico de la capital sudcoreana reveló que tras la prueba se registró un movimiento telúrico de 5.1, lo que implica que la potencia del explosivo fue menor a la anunciada.