Los gobernantes y dirigentes de partidos políticos deben recordar la finalidad de su cargo público que es "servir y no servirse", sostuvo el obispo de la diócesis de Veracruz, Luis Felipe Gallardo Martín del Campo.
Recalcó que los políticos mexicanos se han olvidado del servicio al pueblo y bien común, pues sólo buscan beneficio propio para enriquecerse.
"Deben ellos hacer ese camino de retorno a la autenticidad de lo que son los partidos políticos, están creados para servir como autoridades cuando son elegidas, servir no servirse (…) se han alejado, buscan su provecho, se enriquecen y de ahí viene tanta corrupción", sentenció.
Recalcó que la política debería buscar el bien común, que la comunidad esté bien, sin embargo hoy en día eso no se ve.
Referente al tema de la comparación que hiciera el gobernador del estado, Javier Duarte de Ochoa, quien hizo una analogía entre el matrimonio y la relación que guarda el gobierno con la ciudadanía, dijo es válido pues se trata de una comunión entre estos ámbitos.
Añadió que esto se debe a que como sucede en el matrimonio, la pareja es elegida para vivir en comunión, tal como pasa con los gobernantes que son votados y electos por la mayoría del pueblo.
“Quiere decir que la sociedad debe buscar buenos gobernantes, para que los gobernantes también se expresen con una entrega generosa y una unión sin límites en servicio y el amor a su pueblo”, apuntó.
Gallardo Martín del Campo afirmó que este tipo de comparaciones, en la vida religiosa la realizó Dios, dándole un sentido de amor y proximidad con el pueblo.
El Obispo de la Diócesis de Veracruz encabezó una procesión y el acto simbólico de abrir las puertas de la Catedral de Veracruz, esto en el marco del inicio del año del jubileo del año de la Misericordia.
“Como Jesús dijo yo soy la puerta de las ovejas, el que entra por mí tendrá buenos pastos, entonces ahí se hace memoria de esa puerta santa que es Cristo”, explicó.
Puntualizó que este tiempo se debe utilizar para reflexionar sobre la vida diaria de cada ciudadano y la relación que mantiene con Dios.