La producción alimentaria es afectada e incluso disminuida por la erosión del suelo, la falta de calidad del agua por la concentración de sedimentos así como la contaminación de sedimento en la atmósfera, alertó Helena Cotler Ávalos, investigadora de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Entrevistada en el marco de la celebración del Día Mundial de los Suelos, indicó que este problema no sólo afecta a los campesinos, sino a todos los ciudadanos y, sin embargo, el Gobierno Federal no ha prestado atención a ello.
Explicó que para muestra está el hecho de que el último mapeo que se realizó para conocer la degradación del suelo data de hace 13 años, lo que demuestra la falta de interés por este recurso natural tan importante.
"Los últimos datos que se tienen son bastante preocupantes porque algunos dicen que tenemos 45 por ciento de suelos degradados y otros dicen que 60 por ciento y eso ya se está reflejando en la producción alimentaria".
Añadió que según el censo ejidal del 2012 que hizo el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el 46 por ciento de las unidades de producción no fueron cultivadas por pérdida de fertilidad del suelo.
"Entonces eso nos está hablando que las consecuencias de la degradación del suelo son bastante graves", insistió en la entrevista al apuntar que la minería es una de las actividades que más impacto negativo tiene sobre la superficie terrestre al tener que deforestar los bosques para poder extraer los minerales.