EL UNIVERSAL
CIUDAD DE MÉXICO
La realidad del mercado puede interponerse para lograr los objetivos del Plan México en lo referente a la industria automotriz, de acuerdo con especialistas.
El 13 de enero, la presidenta Claudia Sheinbaum presentó el Plan México para impulsar el desarrollo nacional y, en lo referente al sector automotriz, se plantearon las metas de incrementar 10% la producción de vehículos para el mercado nacional y aumentar 15% el contenido nacional vía la sustitución de importaciones de componentes electrónicos y la expansión en la producción de autopartes de aluminio, además de fomentar la producción de celdas de baterías para unidades eléctricas.
Lo anterior es factible y es un buen deseo, pero se ve difícil de logar en el corto plazo, de acuerdo con analistas.
Para incrementar 10% la producción de vehículos para el mercado nacional habría que "incentivar el mercado" y las ventas de los 17 modelos que se producen en México.
El año pasado se fabricaron 511 mil 679 vehículos para el mercado nacional, según datos del Inegi. Así, incrementar 10% en la producción equivale a fabricar 51 mil vehículos más.
"Es factible, considerando modelos de alto volumen como Versa, Sentra y Kicks, considerando Nissan, pero su venta debería incrementarse alrededor de 18%.
"Sin embargo, el mercado se satura, y quizá no haya más potencial para los modelos de Nissan. Si se consideran las demás marcas, deberían incrementar 38% sus ventas en México, lo cual ya parece más retador", explicó Eric Ramírez, gerente para Latam de la consultora Urban Science.
MODELOS POPULARES
La alternativa sería producir nuevamente un vehículo subcompacto para consumo doméstico, algo similar a lo que pasó en los 90s con el "auto popular" que hizo crecer el mercado, como el Volkswagen sedán, el Tsuru y el Chevy, añadió Ramírez.
Sin embargo, estos proyectos dependen de decisiones de las automotrices, empresas extranjeras y globales, luego de aplicar varios análisis sobre el mercado.
El modelo de negocio de la industria automotriz en México es fabricar vehículos para exportar y cubrir gran parte de la demanda con producto importado. El año pasado, de los 1.4 millones de vehículos que se vendieron en el país, 985 mil 118 fueron importados.
No obstante, la fabricación de autos hechos en México creció 12%, mientras que los importados aumentaron 8.7%, según cifras de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA).
Armando Soto, director general de la firma de consultoría Kaso y Asociados, explicó que las automotrices cubren la demanda del mercado con una mezcla de producto nacional e importado que garantice viabilidad y rentabilidad a largo plazo, tanto a fabricantes como a distribuidores.
"Para incrementar la producción nacional necesitas una gran cantidad de inversión, analizar qué plantas están en posibilidades de ampliar su producción.
"Tendrían que sustituir de su portafolio algún modelo que están importando de mucha venta y fabricarlo aquí. Es un buen deseo, pero requiere mucho trabajo, mucho análisis y el resultado no se da a corto plazo", comentó.
Además, según un análisis de Kaso y Asociados, la Inversión Extranjera Directa (IED) nueva como porcentaje del PIB en la fabricación de automóviles y camiones era mayor a 10% antes del año 2000, pero a partir de ese año ha sido de 2.7% anual.
En 2022, la inversión nueva fue de mil 750 millones de dólares, apenas 5% del total, y en 2023 cayó a 100 millones.
"Con la firma del TLCAN llegó mucha inversión, pero no ha sucedido en esos niveles desde entonces. Ahora tienes en marcha la reforma judicial, que genera una sensación de incertidumbre en los inversionistas hasta no ver cómo queda conformado todo y qué implicaciones puede tener", destacó Soto.
"Para promover la inversión necesitas seguridad jurídica, incentivos fiscales y generación de empleo".
CONTENIDO NACIONAL
Respecto a la meta de incrementar 15% el contenido nacional de los vehículos, Ramírez dijo que eso ya se plasmó en la renegociación del T-MEC en 2018, para subir de 60% a 75% el contenido regional.
Sin embargo, sólo será factible si se consideran todos los sistemas que componen un auto, como motor, enfriamiento e interiores. Solo en componentes electrónicos, aluminio o celdas de baterías parece "demasiado retador", porque ya se tiene 73% de integración en esos tres sistemas.
Soto consideró que la fabricación de componentes tiene que ver con programas y proyectos muy amplios de las armadoras, donde tendrían que analizar qué parte se podría sustituir, el precio, la red de proveeduría y los tiempos de entrega.
Y si la intención del gobierno mexicano es sustituir componentes chinos, Soto mencionó que concretarlo requiere de un análisis prácticamente por cada línea de producción de un auto.