15 de Enero de 2025
Director Editorial Lic. Rafael Melendez | Director General - Dr. Rubén Pabello Rojas

Los Ángeles, sigue sumida en la devastación

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¿Qué es el latigazo hidroclimático y por qué afecta le afecta?

EL UNIVERSAL

CIUDAD DE MÉXICO

Los Ángeles sigue sumida en la devastación causada por los incendios forestales que han arrasado la ciudad californiana durante cinco días. A pesar de los esfuerzos de los bomberos, las llamas han reducido comunidades enteras a escombros, dejando a miles de personas sin hogar.

Hasta el momento, se han reportado al menos 16 muertos y 16 personas desaparecidas. Las autoridades han asegurado que los bomberos están listos para combatir cualquier nueva conflagración, mientras la ciudad enfrenta nuevas y peligrosas ráfagas de viento este domingo.

Una de las razones por las cuales el incendio continúa expandiéndose, según lo explican expertos, es por un fenómeno llamado latigazo hidroclimático.

Un estudio reciente publicado en Nature Reviews Earth & Environment revela que el "latigazo hidroclimático", un fenómeno que se caracteriza por cambios bruscos entre condiciones muy húmedas y muy secas, está detrás de los incendios y sequías extremas que azotan el planeta.

El estudio, realizado por la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), encontró que este fenómeno está aumentando en frecuencia y severidad debido al calentamiento global. Los investigadores analizaron datos climáticos y encontraron que la volatilidad hidroclimática ha aumentado un 31% y un 66% desde mediados del siglo XX.

El "latigazo hidroclimático" se manifiesta en forma de transiciones repentinas entre condiciones muy secas y muy húmedas, lo que puede provocar inundaciones, incendios forestales, deslizamientos de tierra y brotes de enfermedades.

Los expertos advierten que este fenómeno puede tener consecuencias devastadoras para la gestión del agua y la seguridad alimentaria, y que es necesario tomar medidas para mitigar sus efectos.

El estudio sugiere que la comprensión de las trayectorias futuras de la volatilidad hidroclimática es crucial para desarrollar estrategias efectivas para enfrentar este desafío.

¿Por qué el incendio de Los Ángeles no se extingue?

Los incendios forestales que han azotado a California durante días siguen fuera de control, y los expertos atribuyen esta situación a una combinación de factores climáticos y geográficos.

Entre los principales obstáculos para controlar los incendios se encuentran los fuertes vientos de Santa Ana, los cuales son vientos secos y potentes que soplan desde las montañas hacia la costa del sur de California, y pueden alcanzar velocidades de hasta 100 km/h. Estos vientos no solo propagan las llamas, sino que también dificultan la labor de los bomberos.

Además, los cambios extremos de temperatura y humedad, sumados a las sequías prolongadas, han creado un entorno altamente propenso a los incendios. La vegetación seca y el desabastecimiento de las bocas de riego también han contribuido a la propagación de las llamas.

¿Qué es y cómo funciona el polvo rosa que combaten el fuego en LA?

 Los incendios forestales continúan arrasando con grandes áreas de Los Ángeles, generando una devastación que afecta tanto a la infraestructura como a las personas que habitan la ciudad californiana.

Desde hace seis días, las llamas han azotado con furia varias comunidades, dejando tras de sí un panorama de desolación.

A pesar de los esfuerzos incansables de los bomberos, que siguen trabajando arduamente para controlar la situación, el fuego ha destruido hogares y, lamentablemente, ha cobrado vidas. Actualmente, se reportan al menos 24 víctimas fatales y 16 personas desaparecidas, lo que resalta la magnitud de la emergencia.

Ante este escenario, las autoridades han asegurado que los equipos de bomberos están preparados para enfrentar nuevas amenazas generadas por el clima, ya que se prevén ráfagas de viento que podrían avivar el fuego y extender aún más su alcance.

Además de los esfuerzos terrestres, los equipos de rescate están empleando tecnología aérea para intentar reducir la intensidad de los incendios. En este contexto, se han observado aviones arrojando un polvo rojo y rosa brillante sobre las zonas afectadas. Este polvo es uno de los principales métodos utilizados para controlar el fuego de manera más efectiva.

El polvo rosa, rojo o blanco que se dispersa por el aire durante un incendio en Los Ángeles no es solo un fenómeno visual, sino un componente esencial en la lucha contra los incendios forestales.

Este polvo, conocido como Phos-Chek, es un retardante de fuego utilizado para reducir la velocidad del fuego y facilitar su control. Este ha sido parte fundamental de las estrategias contra incendios en Estados Unidos desde 1963, siendo especialmente crucial en áreas propensas a incendios forestales como California.

El proceso de aplicación del Phos-Chek se realiza mediante aviones que, siguiendo una secuencia precisa, liberan el polvo sobre áreas específicas.

En primer lugar, una avioneta guía marca el punto exacto en el que el siguiente avión debe descargar el polvo, lo que permite que la distribución del retardante sea precisa. Cuando este polvo entra en contacto con el fuego, se crea una barrera entre el combustible y las llamas, lo que ayuda a controlar la propagación del incendio.

Este polvo está compuesto por una mezcla de diversos ingredientes químicos que, al combinarse, logran su función retardante. Entre los componentes más destacados se encuentran el polifosfato de amonio, el fosfato de diamonio, el sulfato de diamonio, y el fosfato de monoamonio, así como arcilla de attapulgus, y aditivos secretos que optimizan su rendimiento.

De acuerdo con la empresa Perimeter, que se encarga de la producción del producto, los tensioactivos presentes en la fórmula disminuyen significativamente la tensión superficial del agua. Esta reducción facilita que, al mezclarse con aire, se forme una capa espumosa que recubre los combustibles, creando una barrera líquida entre el fuego y el material inflamable.

Esta capa no solo actúa para sofocar las llamas, sino que también permite que el agua sea más eficaz, disminuyendo la cantidad necesaria para extinguir el fuego. Como resultado, el daño causado por el agua se reduce, al igual que los riesgos para los bomberos, quienes pueden operar de forma más segura y con mayor rapidez.