Paramilitares irrumpen en Rostov.
ILIAN CEDEÑO/EXCÉLSIOR
CIUDAD DE MÉXICO
Los mercenarios que ayudaron a Putin en la guerra contra Ucrania ahora se sublevaron contra el mando militar ruso.
Combatientes del Grupo Wagner entraron ayer a la ciudad de Rostov, en el sur de Rusia, y cercaron edificios, entre ellos el Ministerio de Defensa.
Su líder, Yevgeny Prigozhin, afirmó que él y 25 mil hombres están “listos para morir”, para “liberar al pueblo ruso” del mando militar de Moscú, contra el cual se rebeló.
En marzo, Prigozhin denunció al Ministerio de Defensa de no proveer municiones para la guerra en Ucrania, lo que Rusia negó. Ayer, afirmó que militares rusos bombardearon sus bases en Ucrania, matando a cientos de mercenarios. Advirtió represalias y por la noche Wagner ingresó a Rostov.
Aquellos que destruyeron a nuestros muchachos, que destruyeron las vidas de miles de soldados rusos, serán castigados. Pido que nadie oponga resistencia y llamo al pueblo ruso a unírsenos”, dijo. Para Ricardo Ortiz Esquivel, columnista de Excélsior y egresado de la Universidad Estatal de Moscú Lomonosov, este “intento de golpe técnico de Estado es histórico, pues desde 1993 no se vivía una crisis como tal en Rusia”.
Luego de la entrada de mercenarios a Rostov, autoridades desplegaron tropas para blindar esa ciudad y Moscú. El gobernador de Rostov llamó a la población a “no salir de casa salvo por necesidad”.
Al cierre de esta edición, agentes de seguridad rusos habían ingresado a la sede del Grupo Wagner, en San Petersburgo.