5 de Diciembre de 2025
Director Editorial Lic. Rafael Melendez | Director General - Dr. Rubén Pabello Rojas

AL: nueva normalidad incluye tapabocas

 

 

 

 

 

 

EL UNIVERSAL

SAN JOSÉ

Sin que el ataque del coronavirus haya finalizado, con pronósticos de que existe un proceso paulatino de debilidad de la enfermedad y con alertas de que tampoco debe descartarse un sorpresivo repunte o una aparición de otras variantes del virus, América Latina y el Caribe podrían empezar a diseñar un contexto de nueva normalidad… sin soltar amarras.

Luego de 25 meses y dos días de la confirmación, el 25 de febrero de 2020 en Brasil, del primer caso de Covid-19 en la zona latinoamericana y caribeña, retornar al escenario de 2019 mezcla dos vías: acelerar la urgente y necesaria reactivación económica hemisférica, pero con el riesgo de que reducir las pautas de bioseguridad al mínimo podría conducir a un retroceso en una emergencia sanitaria sin precedentes mundiales en 100 años.

La realidad es que la pandemia todavía está presente y lo seguirá estando quizás por el resto de 2022 con menor intensidad, mientras que lograr la vacunación con al menos tres dosis por persona continúa con altibajos en los países latinoamericanos y caribeños.

Expertos consultados por EL UNIVERSAL coincidieron en que lo ideal será rescatar la experiencia de la pandemia, sin que sean reglas obligatorias, como mantener el uso total de la mascarilla en diversos sitios. El objetivo sería emular a pueblos que, antes de la crisis, siempre usaron esa pieza por la contaminación ambiental y para prevenir males respiratorios.

Otro punto esencial será continuar con el lavado de manos, práctica que en los últimos meses provocó una disminución mundial de los padecimientos diarreicos. Las fuentes indicaron que el Covid-19 nunca desaparecerá y quedará como endemia ocasional o estacional por épocas. El factor fundamental será la vacunación, con vacunas que, con mayor conocimiento científico, serán más potentes y efectivas y como primera arma de contención.

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) alertó el 16 de marzo anterior que mientras los casos aumentan en otras zonas, en las Américas deben enfocarse en la vacunación para proteger a los más vulnerables.

Aunque muchos países y territorios del hemisferio occidental avanzan a 70% de cobertura de inoculación, 21 todavía luchan por cubrir a la mitad de sus habitantes, precisó. "Demasiado pronto para bajar la guardia", sugirió el 9 de este mes la dominiquesa Carissa Etienne, directora de la OPS. "Cuando los lugares relajan las medidas en el momento equivocado, la transmisión se dispara en forma peligrosa y perdemos más vidas", señaló.

El 17 de febrero de este año, el presidente de República Dominicana, Luis Abinader, dejó sin efecto las medidas restrictivas por el coronavirus, como mascarillas, requisito de presentar registros de vacunación para acceder a todos los lugares y otros controles en espacios públicos.

Al proclamar que "es hora de recuperar de una vez por todas nuestra libertad", alegó que ya se superó "lo peor" y prometió que el sistema de salud estará vigilante por alguna eventualidad. De 4 mil 351 decesos por el virus al 17 del mes pasado, República Dominicana llegó el 24 de marzo a 4 mil 375, según datos oficiales.

Para el epidemiólogo costarricense Ronald Evans, de la Unidad de Investigación de la (no estatal) Escuela de Medicina de la Universidad Hispanoamericana de esta capital, "ya pasó lo peor. La pandemia está en franca retirada, al menos en Costa Rica. Pero volver al pasado tampoco está a la vista (...) Las reglas de la nueva normalidad tienen que ser iguales a las de las afecciones endémicas, como la influenza", y que cubren a los grupos de más riesgo, como infantes, adultos mayores, inmunodeprimidos o trabajadores de la salud, entre otros, dijo Evans a este diario.

En esos ámbitos, la meta es proteger a esos grupos.

Basado en el descenso sostenido "y positivo" en Costa Rica de las tasas de incidencia por millón de habitantes, de contagio o reproducción y de nuevos casos al día, aclaró que "el panorama tampoco está totalmente despejado".

"No podemos volver ya a la nueva normalidad y abandonar las limitaciones. Hay que esperar un tiempo. El virus genera tanta incertidumbre que nadie puede decir que habrá otras variantes. Hay que ser muy cautelosos: nos puede dar una sorpresa", advirtió. "Debemos adaptarnos a un mundo que nos lanza nuevas exigencias", dijo el abogado guatemalteco Nery Rodenas, director de la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala.

Al recordar a este medio que las primeras directrices para prevenir contagios ordenaron distancia física, uso de tapabocas y desinfectantes y lavarse las manos, mencionó que también se insistió en utilizar mecanismos electrónicos "para comunicarnos". "Los mecanismos nos acercaron, modernizaron y actualizaron a la sociedad hacia nuevas formas de vida. Ahora es muy fácil tener una reunión vía plataformas digitales", agregó.

El dilema ahora será acoplarse a un "nuevo estilo de vida con nuevas exigencias y retos", subrayó.