
Atacar incendio en Tepoztlán con contrafuego fue mala decisión.
EL UNIVERSAL
CUERNAVACA
El presidente de Bienes Comunales de Tepoztlán, Francisco Almazán, cuyos integrantes combaten el incendio forestal en el cerro de El Tepozteco, afirmó que definitivamente fue una mala decisión de los brigadistas de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), atacar el siniestro con la técnica de contrafuego porque lejos de controlar las lenguas de fuego las avivaron y ahora ya cubre todo el cerro.
Almazán explicó que la técnica utilizada por personal de Conafor no es recomendable por el alto riesgo de que el fuego aumente, y por lo regular los grupos de combate de Tepoztlán no lo usan, sobre todo porque ponen el peligro la vida de algunos voluntarios que carecen de experiencia en los incendios forestales.
"No hay que culpar a nadie, porque hay veces se toman decisiones equivocadas, pero todo se busca para no dañar a la gente", refirió.
Por su parte, la delegación de Conafor afirmó que en las próximas horas emitirá un comunicado de prensa porque aparentemente existe una confusión sobre los autores de utilizar la técnica de contrafuego. Personal de esa dependencia deslindaron a sus brigadistas y, según ha trascendido, lo explicarán en el comunicado de prensa.
Mientras tanto el líder de Bienes Comunales sostuvo que los contrafuegos no se hacen cuando no se tiene la certeza de sus resultados. "Regularmente no lo hacemos. El voluntariado no lo permite porque es peligroso. Un contrafuego se combate el fuego en sentido contrario, pero antes se hacen brechas y muchas veces el calor de los incendios forma corrientes térmicas que provocan remolinos y es cuando la lumbre se va hacia otros lados. Ese es el mayor riesgo", explicó.
La técnica, abundó, no es recomendable porque cuando se queman pastizales y hojas secas en sitios adyacentes al fuego para evitar su propagación, se prenden las copas de los árboles y quedan como antorchas y entonces las brechas cortafuegos no sirven de nada.
"Yo no culparía a la Conafor porque todos hacemos el esfuerzo de apagar el fuego", dijo Francisco y agregó que el incendio alcanzó sitios donde no pueden ingresar a pie y solamente esperan el apoyo de los helicópteros para detener el avance del fuego.
"Ahorita esperamos los helicópteros, se fueron por combustible, pero dijeron que iban a regresar y ojalá sea cierto y no nos dejen atrapados como el año pasado, cuando de una brigada de 11 elementos, cinco nos quedamos atrapados entre el fuego; tres logramos salir, pero dos de mis compañeros se aventaron a un estanque natural de agua y sólo así pudieron salvar su vida", contó.
Fuego ha afectado 74 hectáreas
Por su parte autoridades federales y estatales que atienden el incendio forestal en el paraje Los Corredores de Tepoztlán dieron a conocer que hasta el mediodía el fuego lleva afectadas 74 hectáreas, con un 20 por ciento de control y 10 por ciento de liquidación.
En el combate participan 435 elementos entre brigadistas y voluntarios, y dos helicópteros que han realizado 25 descargas de mil 800 litros de agua cada una en las últimas dos horas de este miércoles.
En conferencia de prensa la coordinadora nacional de Protección Civil, Laura Velázquez, afirmó que la afectación por el incendio forestal no es tan alta como la del año pasado que dejó un total de 320 hectáreas afectadas.
Dijo que la población no corre riesgo, pero hizo un llamado a evitar realizar actividades al aire libre, y agregó que la meta es que la afectación sea menor a la que se registró en abril del 2021.
También dieron a conocer que una persona de apodo "El Pipiolo" que tiene domicilio en el poblado de San Andrés de la Cal, perteneciente a Tepoztlán, fue puesta a disposición del Ministerio Público por alteración del orden, pero se presentará una denuncia por delitos ambientales.
Tepozteco: ¿Por qué es un cerro sagrado prehispánico?
Los gobiernos federal, estatal y municipal de Tepoztlán, Morelos, atienden el incendio que inició desde la madrugada del martes en uno de sus parajes; sin embargo, combatir el fuego ha resultado difícil, por los fuertes vientos. Ese espacio es importante por la vegetación, pero también porque en tiempos de Mesoamérica fue un espacio donde se realizaban rituales.
Tepoztlán tuvo su importancia durante la época prehispánica, de hecho, a finales del siglo XVI se le describía "en las Relaciones Geográficas encargadas por la Corona española como un señorío de Cuauhnáhuac y al de Gustepec. Se decía que en sus cerros y montes existían adoratorios a sus dioses: 'en Tlahuiltépetl vive el gran diablo, ahí se realizaban sacrificios y se hacía lumbre'; por eso se le llama el 'cerro de luz' o el 'cerro de la lumbre', lugar de residencia de Tepozcatl, 'el gran diablo'", documentó la investigadora Ana María Salazar en su libro Tepoztlán. Movimiento etnopolítico y patrimonio cultural. Una batalla victoriosa ante el poder global.
En el libro publicado por la UNAM y el Instituto de Investigaciones Antropológicas, la especialista señaló que "desde tiempos remotos se mantiene la férrea creencia en las entidades sobrenaturales y las deidades primordiales en esta comunidad de pueblos originarios. A dichas deidades se les rinde culto aún en la actualidad. Tepoztecatl representa uno de los cuatrocientos conejos, dioses del pulque y de la fertilidad; pero también una síntesis de las deidades del viento (Tláloc, Ehécatl y Quetzalcóatl)".
Con respecto al nombre, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) indicó que no existe un consenso en cuanto al significado de Tepoztlán.
"Con base en el signo toponímico de Tepoztlán, en el cual aparece un hacha de cobre encima de un cerro, hacha que dicho sea de paso, también porta la divinidad en el códice Magliabechi. Con base en esta información, se ha definido a Tepoztlán como 'Lugar del cobre', 'Lugar de hachas' o 'Lugar de piedras quebradas'. Sin embargo la palabra Tepuztli denota 'espalda', mientras que el hacha de cobre su significante es /Tlaximaltepuztli/o 'espalda de cobre'. Es muy probable que el signo toponímico de Tepoztlán tenga características fonéticas, donde el significado es algo que suena como hacha de cobre, pero está representando en este caso la espalda. De tal manera, la palabra Tepoztlán está compuesta por la unión de dos conceptos /Tepuztli/ o 'espalda' y /Tlalli/ o 'tierra' del que viene el término 'tlan' que significaría 'tierra de'. De tal manera, Tepoztlán significa 'tierra de las espaldas' o 'lugar de las espaldas'".
Agregó que "muy probablemente, hace referencia a las grandes formaciones de los cerros de Tepoztlán a las cuales los antiguos habitantes vieron como grandes espaldas de roca. Tepoztécatl puede ser interpretado como un locativo 'habitante del lugar de las espaldas' pero también connota a la deidad del lugar 'Dios del lugar de las espaldas'. De acuerdo con los escritos de Sahagún y el códice Magliabechi, esta deidad fue parte de los Dioses del Pulque, entre los cuales se encuentran Acolhuan, Pantécatl, Toltécatl, Tezcatzóncatl y otros, todos ellos advocaciones del Dios Ome Tochtli 'Dos Conejo' dios del Pulque (octli) y de la fertilidad, asociado a la luna y al germinar de la naturaleza, así mismo, de acuerdo con la leyenda, Tepoztécatl es el hijo del viento, y por tanto está asociado a los Dioses Creadores como Ehécatl Quetzalcóatl".
Lo que sí es un hecho es que en la parte alta del Tepozteco hay un monumento histórico. Se trata de un santuario del Dios Tepoztecatl.
"El complejo arquitectónico del santuario está compuesto por cuatro elementos arquitectónicos: el templo, sus dependencias, la plaza y el área habitacional. El templo desplanta sobre un basamento de muro en talud que termina por debajo de la escalera Suroeste que lleva a la plaza del templo; la fachada Oeste de este basamento fue cubierta durante la construcción de la plaza y la escalera Suroeste. El muro o muros de contención que nivelaron el área para esta plaza ya no existen, quedando solamente el relleno expuesto, actualmente contenido por tecorrales. En la plaza se encuentran los restos de un altar frente al templo. Hacia el Este, este basamento tiene adosada la escalera Este que desplanta sobre una plataforma cuyos muros hace tiempo se perdieron y su relleno está contenido por un tecorral", detalló el INAH.