
Ammy Ravelo
CIUDAD DE MÉXICO
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), hay más de 440 millones de personas alrededor del mundo con pérdida de audición discapacitante. De ese total, 34 millones son niños. No obstante, cerca del 60% de los casos en la infancia se pueden prevenir gracias a la vacunación, una mejor atención materna y neonatal, así como el tratamiento a tiempo de la otitis. Si bien la sordera puede deberse a cuestiones genéticas, también hay enfermedades que la provocan; la mayoría se desarrolla antes del nacimiento o en los primeros años de vida.
"La pérdida de audición puede deberse a causas genéticas, complicaciones en el parto, ciertas enfermedades infecciosas como la ocasionada por la Neisseria meningitidis, también conocida como meningococo; otitis crónica (congestión e hinchazón de las trompas de Eustaquio que compromete el funcionamiento del oído); exposición a sonidos fuertes, uso de medicamentos ototóxicos y envejecimiento", indica el doctor Daniel Gregory López Rodríguez, Gerente Médico de la franquicia PPH, Sanofi Pasteur.
Infecciones de la madre
Durante el embarazo se pueden presentar algunas complicaciones que derivan en una malformación del oído o incluso sordera. Además de los factores genéticos y hereditarios, las infecciones que la madre llegue a presentar en la etapa gestante pueden comprometer este sentido en el bebé.
"En un embarazo puede ser que la mamá tome algún medicamento ototóxico (con frecuencia un antibiótico como la gentamicina); o presente infecciones o enfermedades (como toxoplasmosis, rubéola, citomegalovirus o herpes, que pueden causar sordera). Por ello, es muy importante que se realicen el examen llamado TORCH para descartar cualquier problema", señala René Toral Martiñón, médico especialista en audiología de la Asociación Médica del Centro Médico ABC.
Meningitis: el principal enemigo
Aunque la pérdida de la audición como consecuencia de una enfermedad puede darse a cualquier edad, los niños menores de cinco años son los más vulnerables porque los virus y bacterias que pueden ocasionar la meningitis, una de las principales causas, se transmiten a través del contacto con gotas respiratorias que expulsa un portador que puede ser asintomático.
La meningitis es la inflamación de la meninge, membrana que rodea el cerebro y la médula espinal. Es ocasionada principalmente por una infección viral o bacteriana.
"En el caso de la meningitis, la laberintitis osificante es la causa más frecuente de sordera adquirida en la infancia y es una de las complicaciones más temibles de la meningitis bacteriana en los niños", asegura el doctor López Rodríguez.
La laberintitis osificante es la formación de hueso nuevo dentro del laberinto asociada a la pérdida de la audición y de la función vestibular (que se encuentra dentro del oído interno y es el encargado del equilibrio y la postura).
"Esto sucede porque algunos virus, para poder sobrevivir dentro del organismo, se replican en los órganos del sistema linfoide, principalmente. Aunque algunos de ellos se pueden replicar en las terminaciones o fibras nerviosas, y la audición está, principalmente, articulada por la funcionalidad de las fibras nerviosas. Es por ello que, si se presenta una enfermedad de esta índole que daña el tejido nervioso, puede existir una afectación de la audición importante", explica por su parte el doctor Antonio Luévanos Valázquez, infectólogo pediatra adscrito al Antiguo Hospital Civil de Fray Antonio Alcalde de Guadalajara, Jalisco.
Por fortuna, cerca del 60% de estos casos pueden prevenirse gracias a la vacunación contra Haemophilus influenza tipo B y la Neisseria meningitidis (también conocida como meningococo), Streptococcus pneumoniae, además de aquellas que previenen la parotiditis (mejor conocida como paperas), sarampión y rubéola.
Otitis y alergias
Además de los padecimientos de origen viral y bacterianos, hay otras enfermedades, como la otitis, que puede desencadenar una sordera. Según la Clínica Mayo, la otitis, a veces llamada otitis media aguda, es una infección del oído medio y es más propensa en los niños que los adultos. (El oído medio es el espacio lleno de aire detrás del tímpano que contiene los pequeños huesos vibratorios del oído).
"Las otitis de repetición (infecciones en el oído que se presentan dos o más veces en un año) son un dato de alarma estimado por la Jeffrey Modell Foundation para considerar algún error innato de la inmunidad, que en muchos de los casos pueden acompañarse de pérdidas auditivas. Los pacientes con problemas de inmunidad relacionada con anticuerpos pueden acompañarse de rinitis alérgica o asma, y son un grupo que amerita especial cuidado en sus oídos", destaca el doctor Said Arablin Oropeza, médico alergólogo e inmunólogo pediatra de la unidad de Alta Especialidad de Sanofi.
Otra causa asociada a la pérdida de la audición son las alergias, que suelen manifestarse como problemas respiratorios. Generan inflamación en mucosas que, a su vez, producen mocos, estornudos y escurrimiento nasal.
"Las alergias pueden provocar alteraciones en la audición por varios mecanismos. Uno de los órganos más afectados por cuadros alérgicos es la nariz, siendo la rinitis alérgica el problema más común de este tipo. Y la nariz está comunicada con el oído medio por la trompa de Eustaquio o conducto faringo-timpánico. Esta estructura cumple con muchas funciones relacionadas con una buena audición, protegiendo al oído de la entrada de líquidos y permite liberar el exceso de presión entre el oído y la garganta. Esto ocurre para que el oído medio, que es el principal encargado de percibir los sonidos, funcione con normalidad", apunta el especialista de Sanofi.
Cuando una persona con rinitis alérgica presenta acumulación no controlada de mocos en las cavidades nasales, puede afectar los senos paranasales y, en ocasiones, hasta la trompa de Eustaquio. Esto puede provocar que no se lleve a cabo de forma adecuada su función y el paciente no va a escuchar correctamente. Incluso se pueden presentar infecciones óticas (u otitis) que, a su vez, generen mareos, pérdida del equilibrio, sensación de presión en los oídos y, en algunos casos, pérdida de la audición.
"También está la dermatitis atópica, enfermedad alérgica que ocasiona inflamación de la piel y comezón. Esta afección puede ocasionar comezón en el conducto auditivo externo. Y, al rascarse, se puede llegar a provocar lesiones de la membrana timpánica, motivo suficiente para también originar pérdida de la audición", agrega Arablin Oropeza.
Según los expertos, ante síntomas de pérdida de la audición (como la necesidad de subir el volumen a la radio o tratar de leer los labios en una conversación), se debe acudir a un especialista y evitar la automedicación para prevenir complicaciones mayores.
Secuelas de COVID
El doctor Antonio Luévanos Velázquez, infectólogo pediatra, destaca que una de las afectaciones derivadas del coronavirus fue la pérdida del gusto y el olfato. Sin embargo, también existen informes de que el oído se puede ver afectado por esta infección.
Según un estudio, publicado en la revista “International Journal of Audiology”, realizado en 2020 a 121 personas en el Reino Unido, cerca del 13% de los pacientes señalaron un cambio en la audición o tinnitus (zumbido en los oídos) desde que tuvieron el diagnóstico de Covid-19.
Más vale prevenir
En más de la mitad de los casos, la sordera puede ser prevenible. La OMS recomienda algunas estrategias para evitar su desarrollo:
Vacunación
Buenas prácticas de atención materna y de puerperio
Exámenes y asesoramiento genético
Detección y tratamiento oportunos de afecciones comunes del oído
Uso racional de medicamentos ototóxicos