5 de Diciembre de 2025
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Extorsionan a familias migrantes separadas por Trump

 

 

 

 

 

 

 

 

Algunas familias migrantes esperan en la frontera entre México y EU para ser procesados por la Patrulla Fronteriza 

AGENCIAS

Washington

Para esta mujer de 30 años, lo peor parecía haber pasado ya.

Atrás quedaron los duros momentos de 2018, cuando funcionarios estadounidenses la separaron de su hijo de entonces seis años en la frontera estadounidense bajo las políticas de "tolerancia cero" del ex Presidente Donald Trump ante la inmigración ilegal.

Ahora, vive con su hijo y trabaja en la construcción en Carolina del Norte. Sin embargo, enfrenta un nuevo problema: intentos de extorsión a familiares suyos en Honduras por parte de pandillas que creen que la mujer ha recibido miles de dólares en compensación económica.

La madre de esta hondureña ha recibido notas escritas exigiendo 5 mil dólares mensuales, según afirma.

"Aparentemente yo soy millonaria", dijo la inmigrante, quien habló a condición de anonimato por motivos de seguridad. "Porque la verdad es que yo no tengo dinero para pagar esa cantidad y la verdad es que yo tampoco sé cómo hacer. Yo realmente estoy desesperada".

Las denuncias recientes de extorsión, reportadas por algunas familias a un abogado, han ocurrido tras reciente publicaciones en los medios que hablaban sobre posibles pagos a estas familias por parte del Gobierno estadounidense. Los casos parecen ser incidentes aislados. Aun así, el problema de la extorsión en Centroamérica es generalizado y es una de las razones por las cuales muchos piden asilo en Estados Unidos.

Activistas y abogados temen que la potencial compensación económica a familias que fueron separadas genere más amenazas. No se ha realizado ningún pago y no está claro que vaya a realizarse alguno en el futuro.

Ricardo de Anda, un abogado de la mujer y de otras familias ha pedido al gobierno estadounidense que considere la admisión de más parientes en Estados Unidos, debido a esta extorsión.

Las negociaciones entre las familias y la Administración Biden se paralizaron después de que el diario Wall Street Journal reportara que el Departamento de Justicia estaba considerando pagar 450 mil dólares por persona, o 900 mil por padre e hijo, para compensar por el sufrimiento tras las separaciones. Una persona familiarizada con las negociaciones y que habló con la AP a condición de anonimato porque las reuniones fueron privadas confirmó que esa cifra había sido mencionada.

"La gente piensa que tengo muchísimo dinero", dijo un hombre de 47 años, dueño de un negocio en el norte de Guatemala y cuya esposa e hijo fueron separados en la frontera estadounidense hace más de tres años. El guatemalteco dice que vive con miedo y cambia de número de teléfono celular cada dos semanas. Su ansiedad aumentó tras las noticias de potenciales pagos del Gobierno estadounidense a familias separadas.

El comerciante vive en Guatemala con su hija de 14 años. Su esposa e hijo de ahora 18 años viven en Atlanta tras haber sufrido la separación en la frontera en 2018 por más de un mes. El hombre dijo que ambos tuvieron que huir de su país porque él recibía mensajes de texto que amenazaban con el secuestro de su hijo si no pagaba dinero.

Al igual que la inmigrante hondureña, el guatemalteco habló con AP bajo condición de anonimato por razones de seguridad.

"Mi vecino me dijo, 'ya tienes dinero... porque te dieron lo de las personas que están separadas en Estados Unidos'. Y le dije 'no, no sé nada de eso'", explicó.

El hombre dijo que él y su hija intentaron ir a Estados Unidos en 2019. Fueron secuestrados en México durante dos semanas y entregados a las autoridades mexicanas tras pagar 3 mil dólares. Después fueron deportados a Guatemala.

"No vivo tranquilo y debo estar alerta todo el tiempo", dijo. "Me gustaría que Estados Unidos me brinde la oportunidad de reunirme con mi familia, de tener a mi hija con su mamá. Me gustaría estar juntos otra vez con ella. Ya van a ser cuatro años separados".

De Anda, abogado de la mujer hondureña y el guatemalteco, dijo a la AP que cinco de las 72 familias separadas que representa le dijeron que fueron amenazadas tras los titulares noticiosos sobre los posibles pagos. Una familia en Guatemala fue blanco de un intento de secuestro, dijo.

"Estas familias nos han dicho que ahora se rumorea sobre ellas en sus comunidades (en Latinoamérica) por la supuesta riqueza de la que gozan sus familiares que se encuentran en Estados Unidos. Dicen que están siendo vigilados por supuestos grupos criminales, y que han sido avisados de que tengan cuidado ya que las pandillas buscan extorsionarlos", escribió De Anda a Michelle Brané, la directora ejecutiva del equipo de Reunificación Familiar, del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, en inglés).

"Como resultado de información filtrada a la prensa, parientes en Estados Unidos, y los que están en su país natal, viven ahora con un miedo constante", añadió el abogado.

El equipo del DHS, que busca reunir a casi 2 mil niños con sus padres en Estados Unidos, no ha recibido quejas específicas sobre extorsión, dijo Brané durante una entrevista en diciembre. Sin embargo, debido a lo comunes que son estas amenazas en Centroamérica, estableció un mecanismo para canalizar esas denuncias a través de la agencia de refugiados de la ONU.

El peligro de la extorsión demuestra la necesidad que tiene el DHS para completar su tarea de reunificación de familias, dijo Brané. Hasta el martes de la semana pasada, 112 niños o adolescentes se han reunido con sus padres en Estados Unidos. De momento, pueden permanecer en ese país bajo un alivio migratorio de tres años. Ese plazo podría alargarse si se aprueba una nueva legislación.

Otros abogados de familias separadas dijeron que no saben de amenazas específicas de extorsión debido a noticias recientes sobre posible compensación económica, pero dijeron que éstas son inevitables.

"No tengo ninguna duda de que eso está ocurriendo en más casos de los que sabemos", dijo Trina Realmuto, directora ejecutiva de la National Immigration Litigation Alliance, un grupo que estuvo involucrado en las negociaciones con el Gobierno sobre compensación económica.

Las negociaciones han sido delicadas para la Administración del Presidente Joe Biden. Su Gobierno ha sido criticado por funcionarios que están en contra de la inmigración y consideran impensable que Estados Unidos baraje la idea de compensación económica para las familias.

El propio Biden dijo: "Eso no va a pasar", cuando se le preguntó en noviembre sobre posibles pagos de 450 mil dólares. Más tarde, clarificó que apoyaba la idea de ofrecer alguna compensación.

El mes pasado, el Departamento de Justicia se retiró de las negociaciones sobre compensación económica tras ocho meses de conversaciones, pero no descartó la posibilidad de llegar a un acuerdo con las familias.

"Si bien ambas partes no han podido llegar a un acuerdo en estos momentos, seguimos comprometidos con hablar con los demandantes y ofrecer justicia a las víctimas de esta política despreciable", indicó el departamento en un comunicado.

La semana pasada, abogados de las familias pidieron a un juez que ordenara al Gobierno entregar pruebas sobre cómo la política de separación de familias fue concebida y ejecutada. Es un pedido que quizás signifique una larga batalla judicial.

Las negociaciones han avanzado para hablar sobre temas no relacionados con la compensación económica, como por ejemplo la reunificación de familias, el cuidado de la salud mental y otros servicios, señalaron varios abogados.

De Anda ha pedido al Gobierno que admita en Estados Unidos a parientes de familias que fueron separadas y que han sido amenazados tras los reportes de los pagos. La Administración Biden se ha enfocado en reunir a padres y niños que fueron separados, pero ha asegurado que considerará sumar a parientes adicionales dependiendo de cada caso.

La madre de la hondureña, a quien han acosado los pandilleros, cuida de otros dos hijos de la mujer inmigrante: un niño de 11 años y una niña de siete. La inmigrante espera que todos ellos puedan vivir algún día con ella en Carolina del Norte.

Conocidos de la familia en Honduras les han dicho que los niños podrían correr peligro en su país.

"Tengo miedo", aseguró la inmigrante, quien explicó que acabó en la sala de emergencias de un hospital debido a dolores en el pecho y la ansiedad que le provocaron las amenazas hechas a su madre. "No sé qué pueda pasar con mis hijos", manifestó.