
EXCELSIOR
ESTADOS UNIDOS
La toma del Capitolio de Estados Unidos del 6 de enero expuso debilidades en materia de seguridad e inteligencia así como una lenta respuesta militar a los pedidos de refuerzos de la Guardia Nacional, admitieron el martes funcionarios ante el Congreso.
Entre los fallos revelados está el hecho de que, en vísperas del asalto, el FBI envió a la policía del Congreso un informe en el que advertía que grupos extremistas iban a Washington y estaban "listos para la guerra", pero el documento no llegó a manos de los altos mandos.
Otra de las revelaciones de la sesión fue que los militares se mostraron "reticentes" a enviar tropas para defender el Congreso, incluso cuando quedó claro que la situación se había deteriorado.
En la primera audiencia en el Senado sobre esos incidentes, los agentes encargados de custodiar el edificio del Congreso admitieron que fueron pillados por sorpresa.
Los testimonios pusieron de relieve cómo los agentes quedaron desbordados en número ante los atacantes, que estaban armados y actuaron de forma coordinada.
Asimismo, señalaron que se clasificó como "remoto" o "improbable" el nivel de amenaza de la manifestación del 6 de enero, pese a que grupos extremistas como Proud Boys habían dejado claro en sus declaraciones que viajaban a Washington para provocar problemas.
Estos criminales venían preparados para la guerra", dijo el exjefe de la policía del Capitolio Steven Sund.
En un primer momento, Sund aseguró que "ninguna entidad, incluyendo el FBI, aportó información de inteligencia que indicara que iba a haber un ataque violento y coordinado contra el Capitolio de Estados Unidos por parte de miles de insurrectos bien equipados".
Sin embargo, durante la audiencia de más de cuatro horas, admitió que la policía del Capitolio sí había recibido un informe del FBI sobre la amenaza de violencia, pero que ningún alto cargo fue informado en el momento.
Esto es muy preocupante", respondió el senador demócrata Jeff Merkley.
Sund renunció a su puesto tras los disturbios que dejaron cinco muertos, incluido un oficial de policía. Otros dos agentes se suicidaron poco después.