Una lectura menor al umbral de 100, que señala el crecimiento potencial de la economía, y una reducción mensual son las dos condiciones para ubicar a la economía en fase recesiva de acuerdo con el sistema generado con una metodología que también usa la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE).
El indicador coincidente mostró un deterioro en cinco de sus seis componentes: actividad económica mensual, actividad industrial, asegurados permanentes en el IMSS, tasa de desempleo urbana, e importaciones totales. Sólo las ventas al por menor mostraron un comportamiento favorable.
Así, el indicador coincidente registra su sexto mes en la zona de recesión y se ubica a 18 meses de su pico anterior.
Por otra parte, el indicador adelantado, que busca anticipar la trayectoria del coincidente, se ubicó en 99.89 puntos durante enero, también en fase recesiva, al disminuir 0.06 puntos respecto al mes anterior.
Los datos divulgados por el INEGI hace un mes señalaban que el indicador adelantado se ubicaba en fase de recuperación, pero la incorporación de datos revisados, revirtieron la tendencia para regresarlo a la fase recesiva.
Así, se espera que la debilidad económica continúe durante los primeros meses del año.
Tres de los seis componentes del indicador adelantado registraron bajas: exportaciones no petroleras, IPC de la Bolsa, y el tipo de cambio real. En tanto, los que mostraron una mejora fueron: empleo en manufacturas, tasa de interés interbancaria, y el índice S&P 500.