*Asegura que Corea del Norte está listo para una eventual guerra con Estados Unidos
*El joven dictador celebra magno desfile por el 70 aniversario de la fundación del Partido de los Trabajadores
Agencias
Pekín, China
Con un gran desfile con miles de soldados marchando al paso de la oca, igual que en la Alemania nazi o la extinta Unión Soviética, Corea del Norte celebró este sábado el 70 aniversario de la fundación del Partido de los Trabajadores, que dirige este aislado país asiático con puño de hierro bajo la tercera generación de la dinastía Kim. Siete décadas de estalinismo que han convertido a Corea del Norte en la última frontera que queda de la Guerra Fría.
Para conservar el poder y perpetuar este anacronismo, el régimen que dirige el joven dictador Kim Jong-un se aferra a su programa militar y de armas nucleares. Mientras tanto, su sufrido pueblo subsiste a duras penas con cartillas de racionamiento bajo los constantes apagones por falta de energía, cuando no es encerrado en los campos de trabajos forzados donde, según grupos defensores de derechos humanos, se pudren hasta 200 mil prisioneros políticos.
Luciendo músculo militar en un espectacular baño de masas, Kim Jong-un ha advertido a Estados Unidos que “nuestras fuerzas revolucionarias están preparadas para responder a cualquier tipo de guerra que quieran los imperialistas americanos”, según informaron agencias internacionales desde Pyongyang.
Presidiendo el desfile en la plaza dedicada a su abuelo y padre fundador de la patria, Kim Il-sung, el joven sátrapa ha asegurado que “a través de la política Songun de primacía militar, nuestro Ejército Popular de Corea se ha convertido en la fuerza revolucionaria más poderosa y nuestro país en una fortaleza impenetrable y una potencia militar global”.
Tal y como muestran las imágenes distribuidas por la agencia estatal de noticias KCNA, el régimen ha desplegado sus más modernos tanques, vehículos acorazados, drones y misiles mientras la multitud dibujaba de forma sincronizada mensajes propagandísticos con sus pompones de colores.
Desde hace dos décadas, Corea del Norte persigue blindarse con armas nucleares y misiles de largo alcance que disuadan a Estados Unidos de intentar un cambio de régimen. Una supuesta amenaza que sirve al régimen de los Kim, uno de los más represivos del mudo, para cohesionar su poder y, de paso, justificar las miserias que sufre la población.
A tenor de un informe publicado esta semana en Estados Unidos por el Instituto para la Ciencia y la Seguridad Internacional, Pyongyang tendría entre 10 y 16 armas nucleares a finales del año pasado. Sin embargo, los expertos dudan que sus científicos hayan alcanzado la tecnología necesaria para miniaturizarlas en las cabezas atómicas de sus misiles de medio y largo alcance, cuya efectividad se halla en entredicho tras sus numerosos fallos.
A pesar de estos fiascos, Corea del Norte ha llevado a cabo ya tres ensayos nucleares, en 2006, 2009 y 2013, y a finales de 2012 disparó un cohete de largo alcance que, al parecer, puso en órbita un satélite espacial. Dicho lanzamiento fue condenado por la ONU por considerar que se trataba de una prueba balística, prohibida por sus sanciones contra el régimen.
Cita
“Nuestro Ejército Popular de Corea se ha convertido en la fuerza revolucionaria más poderosa y nuestro país, en una fortaleza impenetrable y una potencia militar global”.
Kim Jong-un, líder supremo de Corea del Norte.